El fútbol suele regalarnos historias inesperadas, algunas muy alejadas de lo que sucede dentro del terreno de juego. Un buen ejemplo fue lo ocurrido en los aledaños del estadio de La Rosaleda, en los minutos posteriores al partido que enfrentó al Málaga contra el Deportivo de la Coruña. Tras el pitido final y como suele ocurrir en encuentros con gran afluencia, el estadio y las carreteras colindantes se convirtieron durante al menos media hora en un gran atasco. En medio de ese embotellamiento, después del 3-0 malaguista, uno de los agentes que regulaban el tráfico percibió un intenso olor a marihuana que provenía de uno de los coches paralizados.
El policía se acercó al vehículo para darle el alto, lo que provocó una reacción violenta del conductor, que intentó huir subiendo el coche a la acera llena de aficionados que salían del estadio. El hombre de origen magrebí abandonó el vehículo y trató de escapar corriendo entre la multitud, pero fue interceptado rápidamente por el agente y un aficionado policía fuera de servicio que colaboró en la persecución. La sorpresa llegó al regresar al coche, en su interior había nada menos que siete kilogramos de marihuana y una cartera con una gran suma de dinero en billetes pequeños. La Policía Local procedió a su detención y por fortuna no hubo que lamentar incidentes mayores, quedando todo como una insólita anécdota alrededor del Málaga – Dépor.