Un Málaga irreconocible hoy

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Málaga Tenerife

La temporada del Málaga CF ha sido una verdadera montaña rusa de estados de ánimo hasta que Pellicer ha conseguido estabilizar la situación con cuatro victorias en los últimos siete partidos. El choque ante el Tenerife esta jornada podría servir para conocer si el Málaga apuesta finalmente por hablar de estar arriba o sigue con el discurso de la permanencia, opción escogida hasta por Pellicer y los futbolistas blanquiazules. Es paradójico que el rival sea justo el que abrió el curso allá por septiembre. Aquella primera jornada de LaLiga SmartBank solo sembró dudas en Martiricos. Fue la primera derrota de la temporada y la única jornada en la que los malacitanos durmieron toda la semana en descenso. Ese Málaga sería irreconocible hoy.

El Málaga llegó al Heliodoro Rodríguez López con la mente a muchos kilómetros de allí. Los blanquiazules venían de cerrar la pretemporada con un amistoso ante el Alcorcón disputado con jugadores del Atlético Malagueño y el juvenil A de la entidad. Quién mirase la convocatoria de aquel encuentro para compararla con las últimas elaboradas por Sergio Pellicer podría pensar perfectamente que se tratan de temporadas distintas. Pellicer tuvo que ir al límite. Tres jugadores con ficha del filial en el once titular y un banquillo en el que solo había cuatro profesionales, tres de ellos incluidos en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) propuesto por el club días antes.

Fue el último servicio de Tete Morente. El gaditano fue titular con el 10 a la espalda y se presumía como estrella absoluta de este Málaga. Mucho más después de haber conseguido con sus goles y pases la permanencia el curso anterior. Cuatro días después el Elche pagaría la cláusula de 500.000 euros, el partido de Tenerife fue su despedida. Luis Hernández, Boulahroud, Rolón esperaban en el banquillo, aunque sabían que no iban a jugar salvo hecatombe.

Los tres jugadores mencionados se encontraban negociando sus despidos con el Málaga. Fue un gesto de malaguismo para no dejar tirado al equipo. Pellicer se los llevó solo por si su equipo tenía problemas para mantener en el once a siete profesionales, el mínimo que exige LaLiga para no dar por perdido el partido. El choque acabó 2-0 y las sensaciones malaguistas es que el curso sería todavía peor que el anterior. Nadie podía pensar que los boquerones estarían surcando marzo con 40 puntos y mucho más cerca de la palabra ascenso que descenso. Un Málaga que sería irreconocible hoy. 

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