Hay que ser muy malaguista para soportar el lamentable espectáculo que brindó el Málaga en el Alcoraz. Incluso, sirvió para que la fidelidad del seguidor que estaba viendo el partido fuera puesta a prueba. Les confieso que durante el primer tiempo me costó trabajo no caer vencido por el sueño. No recordaba tantos bostezos y tanto esfuerzo para no quedarme dormido ante el lamentable espectáculo que ofrecieron los dos equipos durante los 45 minutos iniciales. Por fortuna, la segunda parte fue menos mala algo que tampoco tiene mucho mérito por el bajo nivel de la primera.
Lo de este sábado es una película que ya hemos visto en muchas ocasiones con nuestro equipo y con Pellicer en el banquillo. La consigna es clara: que pasen los minutos y que no suceda nada, guardamos la ropa y si surge una ocasión y tenemos la suerte de aprovecharla ya no hay partido, todos atrás y a resistir como jabatos. Pasó frente al Granada con el que se estuvo cerca de perder un partido tras ir ganando por una renta de dos goles, y en Las Palmas se obró el milagro con un sufrimiento agónico que hizo bueno el solitario gol de Rafa. Además, esta película en la que el gol de la derrota llega en los últimos segundos, ya la hemos visto en bastantes ocasiones en los últimos tiempos. Parece que no aprendemos.
A mi modo de ver no ganó el Huesca, sino que perdió el Málaga. Cuando el empate se entendía como bueno porque no se había hecho mérito para más, no puede ocurrir que te marquen en los últimos segundos por una mala interpretación del partido. El balón lo tenía el Málaga en su poder, y como consecuencia de dicha interpretación errónea llegó el gol oscense. No me convencen para nada las declaraciones del propio Sergio Pellicer ni de los jugadores que hablaron a la conclusión del partido, buscando excusas donde no las hay. El rendimiento fue paupérrimo y, lo que es peor, caes ante un rival que jugó igual de mal o peor que tú.
Un día más, las críticas se centran en la figura del entrenador, a las que me puedo sumar por el estilo de juego, pero no es menos cierto que los jugadores no pueden quedar impunes. No olvido que el equipo está siendo golpeado por duros reveses como son las bajas de jugadores importantes, pero los que salieron al campo tienen la obligación de dar más. En defensa solo Montero parecía mantener el tipo ante los nervios del debutante Recio y la escasa aportación de Murillo y Víctor García; Juanpe y Dotor fueron incapaces de hacer jugar al equipo; el tridente formado por Joaquín, Larrubia y Lobete no superó a la defensa rival, mientras que Chupete se desfondó en una briega constante si opciones de remate. De Alfonso Herrero no se puede ni hablar por, como se decía antiguamente, ‘falta de trabajo’.
El debut de Brasanac es lo mejor de este mal partido. Sin llegar a hacer un juego brillante y después de ir de menos a más, demostró que puede ser el futbolista que dé el equilibrio en el centro del campo siempre que se vea acompañado por sus compañeros, y en el Alcoraz no lo estuvo. El serbio está obligado a dar mucho más con el paso de las jornadas y convertirse en un referente.
En definitiva, este 1–0 supone la primera derrota de la temporada tras cinco jornadas disputadas. Cuando me preguntan a qué aspira el equipo esta temporada, mantengo que el objetivo no puede ser otro que el de lograr la permanencia de forma holgada, sin los apuros de la temporada pasada, pero para ello los jugadores tienen que mostrar el nivel el óptimo que se les supone, y no como lo que tuvimos que tragarnos el pasado sábado.
El domingo próximo llega otra prueba de fuego, esta vez contra el Cádiz. Espero que el equipo esté a la altura, como confío que no tengamos que hablar de incidentes en torno a un partido que ha sido declarado de alto riesgo. Los que tengan pensado ir a liarla, por favor, que se queden en sus casas.
José Manuel Velasco
Redactor Onda Cero Málaga
De acuerdo. Está película ya la hemos visto en anteriores partidos y temporadas con otros muchos jugadores que ya no están.
Denominador común? Está claro
Pellicer.
Mal planteamiento y correcciones tarde muy tarde.
Está claro que este equipo solo tiene posibilidades de ganar cuando juega como si se tratase de una final por el ascenso. A full juegue quien juegue y con ambición y descaro.
No sabemos jugar a que no pase nada o ha nadar guardando la ropa. Al final pagamos el pato. Y lo peor es que no se aprende. La historia se repite demasiadas veces.
Seguir desprestigiando a Sergio Pellicer con toda la razón del mundo, pero a este señor entrenador se la refanfifla todas las críticas que se le emitan. Él dirá ande yo caliente, es decir sigo yo en el Málaga y cobrando, y ríanse las gentes.
El partido fue malo . No hay duda . El Málaga jugó peor q el Huesca también es cierto .
Pero de ahí a decir q se durmió, aunque sea metafórica la imagen, me parece de alguien q no le corre la sangre por las venas .
Hay q ser cuidadoso con lo q escribe porque q uno sufra con el Málaga no quiere decir q le produzca sueño .
A mi me da una terrible indignación contra Pellicer porque tenemos un técnico q todavía no entiende q hay q estudiar mucho para dirigir al gran Málaga .
Totalmente de acuerdo con lo que planteas. Creo que lo más preocupante no es solo la derrota, sino la sensación de que el equipo no tiene un plan claro más allá de resistir y esperar un milagro. Como dices, esto ya lo hemos visto demasiadas veces: conformismo, falta de ambición y errores de bulto que se repiten jornada tras jornada.
Es cierto que las bajas pesan y que Pellicer no tiene todas las piezas que quisiera, pero los que salen al campo deberían dejar otra imagen, al menos en actitud.
El debut de Brasanac dejó un pequeño rayo de esperanza, pero es evidente que no basta con individualidades: hace falta un equipo que funcione y que crea en lo que juega. El próximo partido contra el Cádiz va a ser una prueba dura, y ojalá sirva para que los jugadores reaccionen y no volvamos a ver otro partido tan plano como el del Alcoraz.
Venga, un saludo !!!