Al Thani, que se te ve el plumero

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No sé si reirme, mandarlos al carajo o ambas cosas a la vez. Me parece indecente, de una desfachatez vergonzosa, que Al Thani se invente la historia del Málaga para quedar como el niño bonito de un cuento de Disney en vez de aparecer como lo que es, una burda copia del protagonista de Ocean’s Eleven, ahora que tan de moda está el nombre de George Clooney. 

Resulta que ha vuelto a recurrir el auto de la jueza en la que le apartan de la gestión del Málaga, de ese club al que dice amar tanto. Poderoso caballero es Don Dinero, que es lo único que realmente le importa a él y a sus hijos. Lleva años viviendo de esa gallina de los huevos de oro que era la entidad malacitana. Y cuando la explotó tanto que ya no daba nada más, se fue a exprimir a la Fundación. ¿No es mía también? debió pensar. Pues va a ser que no. Ni el club tampoco, oiga. 

En su recurso, en el que se atreve a criticar el trabajo de la policía judicial e incluso de la propia jueza, me llama mucho el argumento de que cómo se va a creer el malaguismo que ha blanqueado capital y se ha apropiado indebidamente de algo cuando él invirtió 150 millones de euros nada más llegar. Un dinero, por cierto, que no era suyo, como ya he explicado en varias ocasiones. Pero la gran mentira es culpar a los anteriores gestores, es decir, a Fernando Sanz y a Luis Yáñez, de la sanción de la UEFA. Hay que tener la cara bien dura. 

Si hubiera sido verdad demostraría su poca inteligencia al hacerse cargo de un club en la ruina. Pero cuando Al Thani compró el club lo hizo cuando estaba en medio de un proceso concursal, con una quita de la deuda del 50% y supervisado por tres administradores impuestos por el Juzgado de lo Mercantil, uno de los cuales, Daniel Pastor, le aconsejó mantener el concurso para tenerlo como parabrisas en caso de que, en el futuro, la gestión económica jugase alguna mala pasada. Pero la suya, no la anterior, que ya estaba más que controlada e incluso ya se habían abonado dos plazos a los acreedores. 

Si la UEFA sancionó al Málaga fue simple y llanamente porque el club, después de esa majestuosa inversión en fichajes a su llegada, dejó de pagar las astronómicas nóminas de los jugadores, la de su entrenador, las obligaciones con Hacienda y con la Seguridad Social, las del catering… y así con un largo etcétera. Por eso fue sancionado, no por “las deudas anteriores a la entrada de Al Thani”, como reza su justificación en un comunicado. 

Miente descaradamente también, como si los que no vivimos en su maravilloso mundo althaniense fuésemos tontos, cuando asegura que los préstamos que el club les ha concedido a él y a sus hijos están siendo “parcialmente reembolsados y reflejados con claridad en las cuentas”, así como que esas líneas de crédito no son para un beneficio personal. ¿Y a dónde ha ido a parar entonces el dinero? ¿al club?. No cerréis la boca aún, porque después de este argumento, poco después justifica que tampoco son cantidades tan grandes “respecto al enorme esfuerzo económico realizado a título personal por Al Thani, con el desembolso de más de 150 millones de euros”. 

Es decir, que entonces justifica el haberse llevado indecentemente del Málaga ese dinero porque ya había invertido antes una cantidad mayor. ¿No habíamos quedado en que no era para uso personal?

Podría seguir, pero me enervo. Había comenzado con la duda de si reírme o mandarlos al carajo. Ya lo tengo claro. Mejor que se queden Abdullah, Nasser, Nayef, Rakan, Hamyan y otros cuantos hijos e hijas más allí en Doha o donde quiera que estén y que no vuelvan a acercarse más por un club al que han explotado como si fuese un banco. Como diría Maradona… bueno, no lo digo, pero ya sabéis.

2 COMENTARIOS

  1. Hola César: Lo que habría que preguntarse es cómo un supuesto despacho famoso de abogados es capaz primero de aceptar el asunto cuándo incluso el menos intrépido de los letrados antes de hacerlo al menos debería ver las posibilidades de éxito de su cometido. Dicho esto, hay que detenerse en manera de alegar en los recursos a sabiendas de que:

    1.- No van a ser estimados
    2.- Los argumentos son tan flojos que más bien parecieren de un estudiante de Derecho
    3.- El nombre del despacho queda bajo mínimos.

    Amén…..

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