Dijo acertadamente Jorge Valdano que “el fútbol es un estado de ánimo”. En el Málaga es de desilusión, acercándose peligrosamente a la depresión. Así se manifiestan los corazones blanquiazules de los aficionados, que muestran su desencanto en las redes sociales, y que han aguantado lo que muy pocas hubieran hecho.
Es lógico. Es duro pasar de viajar en primera clase a hacerlo como sardinas en lata en clase turista. O dejar de ir a restaurantes chic y ser el invitado de moda en las fiestas a tener que conformarte con un plato de patatas y huevo, que también está bueno pero no es lo mismo.
Es desilusionante ver cómo el Málaga ha vuelto a ser lo que era, un club con demasiadas limitaciones económicas. Que hay otros peores, sí, claro, muchos. Pero como el fair play financiero acordado por la LFP y el CSD el año pasado es una pantomima, seguimos en la cola. Y ya ni las balsámicas rotondas consiguen que el jeque se estire. La “nueva era de inversiones”, Sheikh dixit, ha desaparecido como Al Thani por Málaga. ¿Alguien lo ha vuelto a ver en el club o en la ciudad? Sólo apareció en su querido diario Facebook para atizar a todo el que se pusiera por delante. El león se ha enfurecido demasiado pronto. Y mira que la paciencia era una de sus virtudes. ¿Cómo si no va a aguantar nadie casi dos años sin venirse unos días a la Costa del Sol? Pues al noveno día ya se cansó.
Así que sin ayudita presidencial, los gestores locales del Málaga deben ingeniárselas para hacer, con retales descosidos, un traje que no desentone en la pasarela de la Liga. Vamos, que va a ser que no. Que no se puede hacer un equipo para mejorar lo de la recién finalizada temporada si no hay dinero. Y ya se sabe que los únicos ingresos vendrán por la venta de varios. ¿Dos? Yo diría que más. Haced las cuentas. Se necesitan 15 millones de euros para cubrir el presupuesto. Si lo logran con las salidas de Willy y de Antunes, hay que darle una rotonda cada uno, como poco, a Casado y a Husillos.
Y luego está lo del nuevo entrenador. Comparado con otros nombres más mediáticos, pues es lógico también el desencanto del entorno blanquiazul. Pero es a lo que puede aspirar ahora mismo el Málaga. Y oye, que lo mismo, ojalá que sí, sorprende a más de uno. De lo que nadie se podrá quejar es de que el tío trabaja, y mucho… y que yo sepa, no juega al golf. Otra cosa será qué puede hacer con lo que le vayan a dejar en la plantilla porque, al final, los que marcan y fallan goles son los jugadores. Así que démosle, por lo menos, el beneplácito de la duda, y no nos pongamos la venda antes de la herida. Es el elegido por Husillos. Y, en teoría, y espero que en la práctica, sabe más que nosotros.
Ya hablaréis vosotros con la campaña de abonos…