Uno de los referentes de mi vida era mi Abuela Pepa, así, en mayúsculas. Ella, como el 99,9% de las abuelas de este mundo, tenía una preocupación perenne por que siempre llevase una muda limpia. “Por lo que pueda pasar”. Ir a urgencias, un ligue, sí, mi abuela era muy abierta de mente para haber nacido en 1936, o un apagón total. Esto último no lo decía, pero lo vivió en la postguerra. En fin. Al malaguismo militante el apagón de este pasado lunes le pilló con la muda limpia a seis puntos del descenso. Y menos mal. Estar 12 horas incomunicados dando vueltas al posible descenso hubiese sido más inhumano todavía.
El equipo de Pellicer jugó un gran partido para estar el 17º en Segunda. Serio y maniatando al Castellón por dentro. Ahí donde Van den Belt y Suero nos reventaron en la primera vuelta. Lección aprendida del entrenador. Una victoria coral donde el 90% de los que jugaron lo hicieron de aprobado para arriba con notables y hasta algún sobresaliente. A todo esto yo recupero las armas que entregué y me atrinchero en mi caseta de pellicerista, al menos hasta la jornada 42. Luego habrá que hablar del proyecto y de si Pellicer va a aguantar otro año poniendo la cara a las hostias que se deben llevar los Loren Juarros, Kike Pérez y José María Muñoz; y no en ese orden.
Que el apagón no haya pillado con el Málaga medio salvado pues ha estado bien. El mes de marzo y abril y su tensión no era mucho más tiempo aguantable. Ni por este que escribe, ni por los que leéis, entre ellos algunos que habitan en las oficinas del club. Que los tres últimos goles hayan sido de Murillo, Rafa Rodríguez y Chupete es una señal. Nos van a salvar los niños, esos que no terminamos de valorar y que han acabado jugando por la ineficacia de los que cobran tres y cuatro veces más. Es para mirárselo. Tengo un debate sobre la apuesta de cantera de este club, pero lo dejaré para más adelante. Apostar por alguien no es tenerlo como tu último recurso cuando todo falla, y de ahí no me voy a mover.
Termino con José María Muñoz. Cada vez más en el foco y al que ya los cánticos le caen jornada sí, jornada también. Su último lío ha sido por ir a ver la final de Copa a La Cartuja. Sinceramente, no lo veo punible. Tiene errores mayores y él ya sabe que los va a acabar pagando… y más pronto que tarde.
