YA TENEMOS UN `PICHICHI`

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Le ha costado mucho sudor y lágrimas llegar a ser un jugador importante del club, mucho trabajo y esfuerzo que fue acumulando sin hacer apenas ruido hasta que llegó su día en La Romareda. Allí en Zaragoza Juanmi dio muestras de lo que era capaz de hacer consiguiendo el doblete más precoz de la historia de la Liga.

 

La eclosión del coíno coincidió entonces con la de un Málaga que se hacía grande a golpe de talonario, Van Nistelrooy, Baptista, Rondón, Roque Santa Cruz, delanteros de renombre que dejaron en el olvido al malagueño que incluso tuvo que exiliarse en Santander, donde casi pierde el tren de por vida.

 

Entonces las lágrimas y los sudores tuvieron que aflorar de nuevo para desde cero ganarse a todo el respetable de La Rosaleda que dudaba, y mucho, de las capacidades de un delantero que el sábado en el Camp Nou volvió a demostrar que es el más listo de la clase. Allí dónde haya un desmarque complicado estará él, allí donde un rechace quede en posición franca de gol aparecerá Juanmi, donde un defensa no atine a despejar y donde la puntita de la bota pueda significar un tanto.

 

Su gol en Barcelona significó muchas cosas, la primera y más importante la victoria malaguista en feudo culé quince años después de la última, servidor por ejemplo estudiaba la primaria en El Divino Pastor cuando Valcarce y Agostinho volvieron loco a los azulgranas en el 1999. La otra, es que el que el Málaga ya tiene ‘pichichi’. El de Coín supera a Samu García y bate su propio récord en Primera División, hecho que puede ser insignificante con las cifras goleadoras que manejan los grandes clubes españoles, pero que viene a mostrar la madurez del canterano.

 

Una madurez que también se ha visto reflejada en su importancia en la plantilla. El dorsal ‘26’ dejó pasó al ‘11’. Javi Gracia confió en él desde el primer día y el malaguista ha respondido en las dos áreas, ayuda en defensa y marca las diferencias en ataque donde ya se encuentra entre los 20 máximos goleadores blanquiazules en la Liga. Tenemos pichichi, tenemos delantero para rato.