Una alarma que salta en la propia casa

La goleada encajada ante Las Palmas ha hecho muño daño. No solo por cómo cae el Málaga si no por las consecuencias que vuelve a generar un tropiezo de tal magnitud ante su afición. Más allá de las expectativas lanzadas por la plantilla, la grada esperaba con ilusión el primer partido en casa. Una respuesta mayúscula con más de 21.000 aficionados en La Rosaleda, pero que volvió a ver como la alarma salta en la propia casa.

Lo hace en forma de problemas internos. Y no solo de ahora. Con la llegada de Guede el Málaga no ha logrado ganar en como local. No lo pudo hacer en los cuatro últimos partidos ante su público el curso pasado, ni tampoco en esta primera fecha del campeonato. La sequía de victoria se prolonga en el tiempo y hay casi que mirar en la hemeroteca para ver cómo los blanquiazules, con José Alberto en la nave, logró superar precisamente a Las Palmas el pasado mes de noviembre. 13 partidos oficiales sin ganar.

Problemas que crecen en la acuciante falta de gol. Dos jornadas en blanco pese a la artillería traída. Ya fue una de las grandes luchas vividas el año pasado por todos los entrenadores. Es cierto que Guede pudo maquillar ligeramente la cifra, el Málaga anotó con él 9 de los 36 goles. Lo hizo en ocho jornadas. Eso sí, las dos últimas en casa no encontró el camino al gol. Ni los dos primeros de este año. O lo que es lo mismo 402 minutos sin marcar en Liga tanto en La Rosaleda como fuera de casa si se contabiliza el actual inicio de temporada y el fin del curso anterior.

Solo el verde hablará y permitirá analizar de manera más sosegada si el ‘proceso’ y la ‘paciencia’ que pide Guede tendrá recompensas o sigue torciéndose el proyecto. El curso pasado, el punto de partida en casa ante el Mirandés fue un empate, luego llegaron 7 victorias y un empate hasta que la casa voló por los aires. De momento, la alarma salta y no para de sonar.

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