La Jornada se abría con la eliminación de un Unicaja peleón (87-93). Los cajistas empezaron la primera semifinal mostrando confianza, ritmo y ganas de llevarse el choque. Sin embargo, los tiros libres y un Valencia Basket que supo manejar el luminoso a su favor imposibilitaron el intento de acabar con la maldición del Carpena. Ahora, como el mismo Ibon Navarro ha explicado en la rueda de prensa postpartido, «la temporada de verdad (para los cajistas) empieza la semana que viene». Por otra parte, la segunda eliminatoria no ha estado menos igualada que su predecesora. Los tinerfeños han llegado a ponerse con un +14 que, finalmente, han conseguido revertir los de Sergio Scariolo. Así, el Real Madrid sufre, pero volverá a estar en la final de la Supercopa.
El periodo inicial mostró un anticipo de lo que se iba a ver a lo largo del choque, un luminoso sin dueño. Tavares y Deck tomaron la iniciativa de los blancos, mientras que Huertas y Kostadinov lo hicieron para los canarios. La mínima cayó para los madrileños (18-17). El segundo asalto tuvo claro vencedor, La Laguna Tenerife consiguió sacar un parcial de 17-28 para, gracias a Shermadini y Giedraitis, marchar al descanso con la decena de ventaja (35-45).
A la vuelta del parón los de Txus Vidorreta consiguieron poner la máxima en +14. No obstante, quedaba mucho duelo y enfrente tenían a un equipo que no se ha perdido ninguna final supercopera desde 2017, únicamente sin alzar la de los cajistas el pasado 2024. Los de Sergio Scariolo subieron de marcha comandados por Llull y el extinerfeño Kramer. Los diez minutos finales mostraban ventaja de cinco puntos (35-40) a favor de los isleños. El tramo final fue una locura, hasta la bocina la emoción reinó en el templo del baloncesto malagueño. Una temporada más los de la capital no se pierden la cita decisiva (72-71).
Así, el Real Madrid sufre, pero volverá a estar en la final de la Supercopa.