Agatha Ruiz de la Prada y sus vestidos únicos, protagonistas en una muestra ya abierta al público en el Centro de Exposiciones de Benalmádena Costa 

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El Centro de Exposiciones de Benalmádena Costa ha abierto sus puertas este viernes a una muestra única con un total de 35 vestidos e imágenes de la diseñadora ‘Agatha Ruiz de la Prada’, artista española que ha estado presente en el acto, junto al alcalde de Benalmádena, Juan Antonio Lara, y la edil de Cultura, Jésica Trujillo. Agatha Ruiz de la Prada adentra a los visitantes con esta exposición en su particular universo lleno de color en el que a través de la luz se transcienden los límites de la moda hasta llegar al arte. La muestra estará abierta al público hasta el 19 de septiembre.

Respecto a la exposición, promovida por el área municipal de Cultura, cabe destacar que los vestidos de la diseñadora que ya están expuestos son piezas únicas, obras de arte en sí mismas, una selección especial para Benalmádena donde la riqueza creativa de Ruiz de la Prada queda patente en cada una de las obras seleccionadas.

Tras presentarse con un gran éxito de crítica y público en Lima, Santiago de Chile y Panamá, México, Portugal, y recientemente en Buenos Aires, aterriza en Benalmádena una artista que, con sus diseños, brinda a la ciudad, a sus vecinos y visitantes, una ocasión única para rodearse de arte, belleza y optimismo de la mano de Agatha Ruiz de la Prada, una de las más grandes diseñadoras del panorama internacional.

Los visitantes podrán ver cómo el color es una de las claves en la personalidad creativa de Agatha Ruiz de la Prada, su paleta cromática abarca todos los tonos que se puedan imaginar, excepto el negro. El color es un instrumento que la artista utiliza con una intencionalidad y un propósito, no aleatoriamente ni caprichosamente, que podrá contemplarse en el emblemático centro de exposiciones del litoral benalmadense.

Sus creaciones acercarán al visitante a la muestra a un mundo inundado por formas y coloridos conocidos, sacándolos de su contexto y rutina habitual. Así, una flor deja de estar en la naturaleza para poder meterse en el armario y convertirse en una prenda propia de la vida cotidiana. 

Esa capacidad de ver más allá de lo formalmente establecido es lo que la convierte en una autentica innovadora donde un corazón, una nube, una estrella o una flor pueden formar parte del vestuario diario trasladándolo la diseñadora a un mundo irreal, un mundo más optimista donde “en el color hay un escape de la tristeza”.

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