La Diputación lanza una convocatoria de ayudas al sector agroalimentario por cinco millones de euros

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La Diputación de Málaga pone en marcha una convocatoria de ayudas, dotada con cinco millones de euros, destinadas a apoyar al sector agroalimentario, ganadero y pesquero de la provincia. Las solicitudes pueden presentarse desde mañana, martes, hasta el 31 de julio.

El presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, ha presentado esta convocatoria, que se publica hoy en el Boletín Oficial de la Provincia y que contempla la concesión de las ayudas en régimen de concurrencia no competitiva, es decir, que se irán concediendo por orden de llegada de las solicitudes.

Salado ha explicado que el principal objetivo es paliar las graves dificultades que están atravesando los agricultores, ganaderos y pescadores malagueños. “Es una muestra más del compromiso de la Diputación con este sector, que plasmamos desde 2020 con ayudas directas a empresas y explotaciones agrarias y ganaderas, y que reforzamos este año incrementando en 100.000 euros la cantidad que ya concedimos el año pasado, alcanzando ahora los cinco millones de euros”.

Al respecto, ha recordado que en 2022 se agotó el presupuesto de 4,9 millones de euros con subvenciones a un total de 625 empresas. Para gastos corrientes, se concedieron 345 subvenciones, de las que 233 se destinaron a empresas agrícolas, 106 a empresas ganaderas y seis a pesqueras. Y para inversiones, se otorgaron 280 ayudas: 208 al campo, 68 al sector ganadero y cuatro al pesquero.

Francisco Salado se ha referido a la relevancia del sector agroalimentario para la provincia. Actualmente, hay registradas más de 28.000 explotaciones agrarias y casi 900 empresas agroalimentarias con un volumen de facturación que se sitúa en casi 2.900 millones de euros. Y, en total, hay empleados unos 36.500 trabajadores, de los que 27.000 corresponden exclusivamente al campo.

“El sector agroalimentario, que es fundamental para nuestro día a día, vive actualmente una situación muy crítica debido a la pertinaz sequía que nos azota. Y eso se une a que estos tres últimos años han sido muy duros y complicados. No hay que olvidar que los agricultores y ganaderos siguieron al pie del cañón durante la pandemia”, ha destacado.

Después de esa grave crisis sanitaria, se vieron muy gravemente afectados el año pasado por la guerra en Ucrania, que provocó un notable incremento de los costes de producción con el encarecimiento del precio de los carburantes, del trigo para pienso, del abono y de la electricidad.

“Y a ello se han unido ahora las graves consecuencias por la falta de lluvias, que está mermando la producción de cultivos y de pastos y forraje para el ganado. E incluso está provocando que algunas explotaciones ganaderas tengan dificultades para dar de beber a sus animales”, ha añadido Salado.

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