Se trataría de marcadores informativos a modo de códigos o señalética que ayudarían a los exploradores subterráneos. El equipo de investigación de las cuevas de Rincón de la Victoria realiza un gran avance en el conocimiento del lenguaje gráfico de los ocupantes humanos de estas cavidades. En los últimos 10 meses se han realizado estudios en 144 paredes que fueron utilizadas como espacios gráficos. Los análisis muestran una homogeneidad con las primeras fases artísticas publicadas en la Cueva de Ardales y la Cueva de las Suertes en Antequera. Las Cuevas de El Cantal en Rincón de la Victoria confirman el primer lenguaje gráfico sistematizado de los últimos Neandertales y los primeros Homos Sapiens y el conocimiento que estos tenían del mismo. Se trataría de marcadores informativos a modo de códigos o señalética que ayudarían a los exploradores en sus incursiones en las cavidades.
El equipo de investigación de las cuevas de Rincón de la Victoria ha realizado un gran avance en el conocimiento del lenguaje gráfico de los ocupantes humanos de estas cavidades gracias a que en los últimos 10 meses se han realizado estudios en 144 paredes que fueron utilizadas como espacios gráficos. Los análisis muestran una homogeneidad con las primeras fases artísticas publicadas en la Cueva de Ardales y la Cueva de las Suertes en Antequera.
La repetición de estas claves gráficas en otras cavidades europeas está siendo analizada por equipos internacionales dentro del proyecto First Art (primer arte), con el que colabora el equipo de investigadores malagueño compuesto por María del Mar Espejo, Luis-Efrén Fernández, José Ramos, Cristina Liñán, Yolanda del Rosal y Pedro Cantalejo, pertenecientes al Instituto de Investigación Cueva de Nerja, a la Universidad de Cádiz y al Grupo de Investigación PAI-1130 que se encarga de los estudios paleolíticos en el entorno del Estrecho de Gibraltar que han tramitado una prórroga del proyecto de las cuevas rinconeras hasta el verano del año 2026, cuando culminarán las investigaciones con los datos que aporten los próximos sondeos arqueológicos.
“La campaña de investigación 2024-2025 está suponiendo para las cuevas del Tesoro y de la Victoria una auténtica actualización del conocimiento sobre las sucesivas ocupaciones humanas que, en estas cavidades de la Bahía de Málaga. Nuestro compromiso en este sentido es absoluto y seguiremos no sólo invirtiendo en conservación y puesta en valor de nuestras cuevas, sino también en la investigación”, explicó el alcalde de Rincón de la Victoria, Francisco Salado (PP).
En este sentido, el edil de Cuevas, Antonio José Martín (PP), refrendó el apoyo al equipo de investigación malagueño que trabaja en las cavidades de El Cantal. “Nuestra relación es estrecha y venimos respaldando su labor. Venimos cuidando todas las patas sobre las que se sustentan el proyecto global de las cuevas de Rincón de la Victoria: turismo, divulgativo, cultural y científico”.
La obtención de fechas exactas, a través de dos métodos de datación: el Carbono Catorce para los vestigios orgánicos y el Uranio/Torio para las costras y pátinas de carbonato cálcico, están aclarando las distintas acciones llevadas a cabo en estas cuevas por los seres humanos, tanto en la vertiente de su uso como refugio (los yacimientos arqueológicos están situados bajo los pozos de entradas a las cavidades, en las proximidades de la luz), como en el uso que se realizó de cuatro galerías profundas (totalmente oscuras) como lugares donde realizaron lo que se ha venido denominando hasta ahora “Arte rupestre Paleolítico”.
“En estos últimos diez meses se han realizado estudios sobre 144 paredes que fueron utilizadas como espacios gráficos, (ya se habían estudiado y publicado 62 paredes en 2007); a todas ellas se les ha aplicado un protocolo de estudio y aplicación de nuevas tecnologías que han engrosado no sólo el número de acciones realizadas por los pintores paleolítico, sino que han supuesto una notable mejora en la resolución de los motivos gráficos conservados, pudiendo observar, gracias a aplicaciones informáticas especializadas en la fotografía del Arte rupestre, la intensidad de los trazos realizados hace miles de años, por muy absorbidos que estén por las paredes soportes”, ha explicado Pedro Cantalejo, coordinador del equipo investigador malagueño.
Cantalejo ha insistido en que, del análisis de este catálogo gráfico Paleolítico, se desprende que estas personas, desde hace más de cuarenta mil años, realizaban incursiones espeleológicas a las profundidades oscuras de estas enormes cuevas rinconeras, en situaciones muy comprometidas de seguridad y accesibilidad, ayudados por antorchas y fundamentalmente por lámparas de mano cargadas de combustible orgánico (grasas, resinas, cera de abeja y vegetales).