Un divorcio final de 237 días

La etapa de José Alberto López en el banquillo del Málaga ha llegado a su fin

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José Alberto sembró los puntos de la permanencia
José Alberto quiere apuntar a LaLiga SmartBank 22/23 | MCF

José Alberto López ya es historia en el Málaga CF. La imagen dantesca del pasado sábado frente al Ibiza ha precipitado su destitución, tardía para muchos y apresurada para otros. El divorcio con La Rosaleda ya era irreversible, pese al 0-5 ante los de Jémez. 237 días de muchas dudas con el proyecto del asturiano y que hoy ha llegado a su fin. La figura del ya exentrenador de Martiricos estuvo cuestionada desde verano, pero durante la temporada se han producido varios episodios que le han dado la puntilla.

El ex del Mirandés llega a la Costa del Sol el pasado 1 de junio, apuesta personal de Manolo Gaspar, su gran valedor hasta que el contexto era indefendible para que siguiese en el cargo. La relación entre dirección deportiva y entrenador ha sido impecable, incluso cumpliendo peticiones del asturiano muy concretas: Javi Jiménez, Víctor Gómez y Genaro Rodríguez, tres jugadores de la columna vertebral de JAL en el conjunto burgalés, también lo iban a ser en Martiricos.

Los primeros indicios del divorcio entre el malaguismo y el técnico llegaron en pretemporada. Cierto que había muchos cambios y que estos partidos hay que cogerlos con pinzas; la realidad es que los blanquiazules no ganaron ni uno de los cuatro amistosos veraniegos, incluido un 0-3 ante el Alcorcón, colista desahuciado de la Liga Smartbank.

Ya con la competición oficial, la losa que más ha pesado en la figura de José Alberto López es el pobre rendimiento lejos de Martiricos: toda una primera vuelta sin sumar de tres en tres como visitante, herida que se cerró precisamente en Santo Domingo, podía ser un punto de inflexión en su trayectoria en el banquillo; al final sí que lo fue porque es la única victoria que ha sumado el equipo desde el pasado 27 de noviembre.

Relación irreparable con La Rosaleda

En lo futbolístico, varios debates que han girado en torno al técnico y quizás no ha sabido cortarlos de raíz: la elección en la portería, un Dani Martín que queda muy tocado tras el desastre del sábado; el porqué de la tardanza en los cambios; las dos caras que mostraba el equipo en casa y fuera, lo que denota que podía estar poco trabajado. El asturiano ha tenido que bregar con varias cuestiones que inquietaban, en su mayoría, al aficionado del Málaga.

Pero donde el divorcio ha terminando de consumarse ha sido en La Rosaleda. En concreto, la derrota por 0-2 frente al Leganés el pasado 18 de diciembre: pitos, abucheos y la respuesta del técnico, yéndose dos minutos antes del pitido final, fue su sentencia. El asturiano dio su explicaciones pero no terminaron de convencer; la guinda para que la enemistad entre José Alberto y la grada ya fuese total e irreparable.

Hasta el sábado. El desastre en la segunda parte propició una avalancha de cánticos: «¡José Alberto, dimisión!» o «¡Manolo, échalo!», no una, sino varias veces. Los deseos han sido órdenes esta vez y José Alberto López ya no es entrenador del Málaga CF.

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