AL UNICAJA LE DEJAN SIN SUPERCOPA (83-78)

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Nedovic busca un balón suelto por la zona del Valencia Basket || ACBPhoto

@SuarezRMarca | Lo de remar para morir ahogado es tan clásico como un partido entre el Unicaja y el Valencia Basket, sea la competición que sea. También lo es, por desgracia, la falta de calidad en el arbitraje. Fueron pequeños detalles, decisiones muy contadas, pero que perjudicaron y de qué manera a los malagueños en momentos muy concretos, justo cuando los de Plaza rozaban la remontada. 

 

Pero sería injusto sólo culpar al trío arbitral de la eliminación. Porque la mayor parte de la culpa la tuvo un Unicaja que si hubiera salido con la misma agresividad defensiva en la segunda parte, bien podría ahora estar a 40 minutos de levantar el único título nacional que le falta en sus vitrinas. Y es que encajar 31 puntos en el primer cuarto habla muy mal de la defensa de los de Joan Plaza, incapaces en esos primeros instantes de frenar a Erik Green. El de Los Ángeles fue un martillo pilón en ese período con 10 puntos sin fallo. A pesar de los intentos desde el banquillo verde para frenarlo, la solución no se encontraría hasta el segundo cuarto. 

 

Ese que arrancó con el mismo guión y con un Valencia que abría un hueco considerable: 17 puntos de máxima diferencia. Fue entonces cuando Salin se calentó con 8 puntos consecutivos y una buena defensa para despertar a los suyos y comenzar la remontada. Sin embargo, la inconsistencia en el tiro exterior, la vuelta a cancha de Green y los puntos de San Emeterio y de Will Thomas -ambos con 9- devolvieron las cosas casi como estaba. A vestuarios se marcharon todos con un 50-36 a favor de los taronja. 

 

Ya no había nada que perder y eso sirvió para ver los mejores momentos del Unicaja. Plaza los reactivó en el descanso y el cambio de actitud fue bestial. Basta señalar que tras un inicio de tanteo, los Nedovic, Brooks -gran actuación- y compañía firmaron un 0-11 que redujo a sólo dos puntos la distancia. Y aunque Sastre, Pleiss y alguno más se empeñaron en impedir el vuelco del electrónico, Nedovic se puso en plan jugón para cerrar el cuarto con un triple sobre la bocina. 

 

Con 66-63, el pase a la final estaba más abierto que nunca. Los nervios llevaron a la precipitación y esta a los errores en el tiro. Tres minutos se quedó el Valencia sin anotar y cinco el Unicaja. En esos dos minutos de espacio es cuando los árbitros hicieron acto de presencia. Sutilmente, pero de manera eficaz para mantener el marcador de color naranja. Un tapón clarísimo de Augustine fue pitado con falta y la diferencia subió hasta 7. Nedovic tiró de nuevo del carro para colocar un 75-73 a tres minutos para el final. Y Brooks haría de las suyas otra vez para poner las tablas. Fue entonces cuando los de gris volvieron a liarla: otro tapón estratosférico NBA de Augustine sobre la penetración de Sastre concedió dos tiros libres al alero internacional. Y el propio Sastre saldría beneficiado en defensa cuando cogió un rebote pisando la línea de fondo que acabaría en contragolpe para los suyos. 

 

Aún lo intentaría Nedovic con un triple a 3 segundos, pero los valencianos no fallaron desde la personal y ganaron un encuentro que pudieron sentenciar antes. Ellos serán los que luchen por el título de la Supercopa. Lástima que no haya superárbitros, ni siquiera árbitros normales.