EL UNICAJA DEJÓ ESCAPAR VIVO AL MADRID

0
10
Sergio Llull

@SuarezRMarca | Lo tuvo en sus manos el Unicaja, pero lo dejó escapar vivo. Y a un animal salvaje como Llull no se le puede dejar, hay que atraparlo, anularlo. Se hace el agotado, a veces el muerto, pero siempre despierta. Entonces aguarda a su presa y no la suelta. Y así alimenta a todos sus compañeros. Lo jugó casi todo (más de 36 minutos) y sumó 28 puntos que acabaron con la resistencia de los malagueños para deleite del Real Madrid en este primer encuentro de las semifinales.  

 

Arrancó el partido con Maciulis como líder inesperado de los locales, quienes pronto quisieron marcar distancias. Sin embargo, con Plaza repitiendo con Lafayette en el quinteto titular, Omic puso la respuesta en los cajistas. El esloveno dominó la zona ofensiva, si bien no pudo impedir que los blancos capturasen rebotes una y otra vez. No parecían necesitarlo, pues los triples de Díez y Smith comandaron un 0-10 de parcial. Pero en esas apareció Llull con sus canastas imposibles y devolvió el parcial con 7-0 para dominar de nuevo en el electrónico. 

 

Con 18-16 se inició un segundo cuarto en el que se vieron muchas carencias en los de Plaza. El rebote seguía siendo la principal carencia y Nocioni apareció como verdugo. Vaya minutos del Chapu, que hizo de todo y todo bien: triples, tapones, rebotes. Imparable. Tanto que los de Laso rompieron el encuentro con 13 puntos arriba. O eso pareció. Porque al Unicaja nunca hay que darlo por muerto. Se pusieron el mono de trabajo y aprovecharon los buenos minutos de Nedovic, Alberto Díaz y Eyenga para ir reduciendo distancias. Y con tan solo 4 abajo se fueron al descanso (38-34).

 

Tras el paso por vestuarios, el Unicaja siguió mejorando en defensa y en ataque. Los rebotes ya no eran tanto problema, Llull ya no era 'El Increíble' sino 'El Agotado' y sin que hubiera un claro anotador, todos aportaban su granito para dar la vuelta al marcador. Se puso tres arriba el cuadro verde al filo del ecuador del cuarto y las alarmas se encendieron en el banquillo blanco. Se sucedieron entonces diversos errores en el tiro, aunque si alguno metía alguna canasta sin querer, ese era el Madrid con Ayón y con un Llull que comenzaba a despertar. Incluso se despegaron con 5 de ventaja aunque al final entraron en el último cuarto con 52-50. 

 

Y entonces se inició la transformación definitiva. Llull miró a sus compañeros, miró a los rivales, cogió la pelota y la hizo suya, la dominó cómo y cuando quiso. 10 puntos consecutivos del jugador más dominante de Europa pusieron tierra de por medio. Es cierto que al Unicaja hay que ganarle varias veces en un mismo encuentro, pero al de Mahón le da igual. Exhausto, jugando todos los minutos, vio cómo los de Plaza volvieron a acercarse y otra vez tiró de genialidad -y de un poco de suerte- para machacar el ánimo rival. Durante el éxtasis del de Mahón, un tapón de Nocioni a Omic para el recuerdo. A pesar de ello no tiró la toalla el cuadro verde y llegó a ponerse a 3 puntos a 8 segundos del final. Pero incomprensiblemente no hizo falta y así se llegó al final, como si valiera el basket average, que va a ser que no. 

 

Se llevó el primer duelo de semis el Real Madrid, aunque el Unicaja demostró que está muy vivo y que, a poco que Nedovic tenga más ayuda de sus compañeros del perímetro, podrá poner aún más difíciles las cosas a un rival que no está fino pero sigue ganando.