El Unicaja pierde el liderato ante el ya eliminado Ratiopharm Ulm (90-94)

Los malagueños, en los que volvió Jaime Fernández, evitan al Lokomotiv Kuban y al Partizán

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Unicaja Ratiopharm Ulm 90-94

Las cuentas estaban claras. Si el Unicaja quería acabar la fase de grupos como líder, tenía que vencer al ya eliminado Ratiopharm Ulm. Pero ese primer puesto venía con trampa. Los cruces para el Top16, con Lokomotiv Kuban y Partizán esperando, eran un regalo envenenado. Y aunque los de Casimiro, que nadie sospeche, no especularon, todo se vino abajo en un segundo cuarto horrible en defensa en el que encajaron 34 puntos. Y aunque recuperaron el mando, los de Lakovic, con Osetkowski y Caupain al frente, jugaron mejor la recta final del partido. Al menos, el consuelo es que regresó Jaime Fernández. 

Con 5-0 de salida los malagueños dejaron claro que iban en serio a por la victoria. Poco tardó Alonso en demostrar sus credenciales como tirador con sus dos primeros triples. Los alemanes aguantaban con Osetkowski haciéndose adicto a los tiros libres. Pero en el rebote mandaban los locales, facilitando su ataque. Suárez, cada vez con más oportunidades, puso la directa con un nuevo lanzamiento lejano (24-15) al que respondió Heckmann para cerrar el primer acto con 7 puntos de ventaja.

Todo cambió en el segundo. Y eso que no comenzó mal, al contrario. Waczynski, con un triple, puso 10 arriba a los suyos (27-17). Con rentas similares pasaron los minutos. Pero el Ulm, ya sin opciones en la clasificación, demostró mucho orgullo para mantenerse a flote. Su técnico, Lakovic, no es de los que permita relajación, precisamente. Así que lejos de bajar los brazos cuando se vieron 38-29 abajo, apretaron aún más para crecer desde la defensa y firmar un 0-9 con el que equilibraron el electrónico. Y no se conformaron con ello viendo que el Unicaja hacía aguas en su zona. Una antideportiva a Nzosa les espoleó aún más. El ex bético Conger, con 8 puntos en el cuarto, comandó las acciones para la remontada y para marcharse al descanso con un sorprendente 45-51. 

En vestuarios tuvieron que reflexionar, y mucho, los verdes sobre su nula actitud defensiva. De ahí el 8-0 de salida con el que devolvieron las cosas a su estado natural. Alonso, a pesar de la dura presión de Petrucelli, se hizo valer. Como Wacyznski, también fino con su muñeca. En 4 minutos, además, sólo un triple de los germanos (58-54). Y aunque sin romper el partido -demasiadas personales en contra- el lienzo parecía dibujar otra imagen más afable para los anfitriones. Error. De los 34 puntos encajados en el segundo cuarto a los 17 del tercero… y del primero. 

Lo peor estaba por llegar. A la última escena del encuentro se llegó con 71-68. Brizuela, con récord particular de asistencias (8), manejaba los hilos en la cancha. Pero Caupain y, especialmente, Osetkowski, empujaron para contrarrestar las virtudes de la Mamba vasca. Los árbitros, cargando con muchas faltas a los de Casimiro, también colaboraron para que los germanos recuperasen el mando (82-84) a 4’26”. Y salvo en un suspiro ya no lo abandonaron hasta el final, que cerraron con 90-94. Derrota del Unicaja, al que ya, seguro y a la espera de los otros dos rivales, espera el Nanterre 92 en el Top16. 

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