@CesarRadioMARCA | Quiso el destino, siempre caprichoso, colocar este Unicaja-Barcelona sólo un día antes del XX Aniversario del ‘triple’ de Mike Ansley. Y quiso hacerlo no sólo para rendir pleitesía a la historia sino para demostrar que el baloncesto español, en el presente, sigue estando muy vivo. Más allá de los Madrid-Barça de toda la vida, si existe un partido que cree afición, que tenga siempre cuentas pendientes, ese es el Unicaja-Barça.
Y a fe que no defraudó a nadie el inicio de un encuentro calificado de finalísima por la segunda plaza. Con intensidad, con emoción, con un Carpena convertido en infierno para los azulgrana -y para Abrines, como siempre-. Pero esa igualdad duró lo que quiso el reloj de la mesa. A 4’40” del final del primer cuarto se paró el crono con 9-10, y con él el acierto del Unicaja, que tras el parón no pudo frenar los centímetros de Pleiss, autor de 6 puntos casi de modo consecutivo.
Con 15-21 arrancó el segundo cuarto, una ventaja que llegó a superar la decena de puntos, coincidiendo con la huelga de silbatos que ejercieron los árbitros en la zona del Barça. Y aunque se recuperaron los malagueños con la entrada de Fran Vázquez, los pésimos porcentajes de tiro volvieron a penalizarles (25-40). Una valiente entrada de Stefansson cerró el marcador al descanso con 27-40 en contra de los locales.
Se temía mucho la vuelta a la cancha por las habituales pájaras de los de Plaza en el tercer cuarto, y el Unicaja fue fiel a su leyenda negra. Dos triples consecutivos de Oleson y Abrines pusieron el +19 en el electrónico, una distancia que llegó a los 20 y así se mantuvo durante este cuarto sin que el técnico cajista encontrase solución a la ruptura ni en el banquillo ni en la cancha, donde la zona tampoco surtió el efecto deseado.
Un triste 2/13 en triples y un paupérrimo 37 % en tiros de 2 por parte local, que contrastaban con el 9/20 en triples y un sensacional 64 % del Barça dejaron sin más historia el duelo, que entró en sus últimos diez minutos con un contundente 42-62.
Este último cuarto sólo sirvió para enfadar aún más a los aficionados por algunas decisiones arbitrales, pero sobre todo para certificar que el Unicaja ha entrado en barrena y que llegará a los play off en el peor momento de la temporada y sin ventaja de campo en unas hipotéticas semifinales ante el Barcelona, que se ha quedado con la segunda plaza y que no parece que vaya a dejar escapar ante el Andorra en la última jornada. Al final, quinta derrota consecutiva de los de Plaza, 61-74.
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