ESCANDALOSO REPASO DEL UNICAJA AL OLDENBURG

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Deon Thompson intenta la penetración en la zona del Oldenburg || @unicajaCB

@SuarezRMarca | Fue una lucha entre un gigante y un niño. Una carrera entre un Mercedes de Fórmula 1 y el coche de los Picapiedra. Fue una paliza del Unicaja al Oldenburg. Le ganó de 40 puntos (108-68) después de haber anotado la friolera de ¡¡41 puntos!! en un solo cuarto. Fue en el tercero cuando los de Casimiro, que ya ganaban al descanso de 11, sentenciaron el triunfo de un modo espectacular y pocas veces visto. Hasta cinco jugadores locales anotaron dobles figuras mientras que sólo Blakes en los germanos se comportó como un profesional. 

 

El objetivo era ganar y, si se podía, convencer. Y vaya si lo hicieron. Los primeros en mostrar su hambre fueron Jaime Fernández y Toupane, muy activos y acertados. Al francés se le veía con sangre en los ojos, omnipresente, multiusos. Anotaba, reboteaba y también taponaba. Su actividad era contagiosa y sorprendió a los germanos, que estuvieron tres minutos sin enterarse que esto ya había comenzado. Un 17-6 tras un triple de Adams estableció la diferencia por encima de la decena. Ante la horrenda noche de Hobbs y Sears, sólo Blakes, saliendo del banquillo, acertaba a mantener a los suyos en el encuentro. Suya fue la canasta que dejó en 23-14 el marcador al fin del primer cuarto. 

 

El de Inglewood, meca del showtime en los 80, no podía sin embargo con el vendaval que se le venía encima. Y menos cuando Brizuela y Gerun calentaron sus muñecas. 7 puntos del escolta y 12 del pívot ucraniano en este segundo acto subieron la ventaja a +16 (46-30) a dos minutos del descanso. Pero cuando más atascados parecían los alemanes, un pequeño arrebato de Sears y un triple de Blakes fijaron el marcador en 48-37 antes del paso por vestuarios. 

 

El parón le vino fenomenal a un Unicaja que estaba a punto de completar una exhibición digna de los mejores Lakers de Magic y Kareem ante el que era el segundo mejor ataque del torneo. Un 10-0 de inicio ya indicaba que ellos iban con turbo y los rivales a pie. Se gustaban los locales. Se gustaban tanto que incluso Adams se permitió la licencia de anotar un alley-oop de espaldas al aro. “No puedo machacar así”, pareció decirle al asistente Jaime Fernández con la sonrisa de los jugones en su cara. Adams quería más espectáculo. Y también Toupane. Y Jaime. Y el Carpena entero. La ventaja no hacía más que aumentar llegando a superar los 30 (80-47 a 3’22”) con un cuarto aún por delante. Drijencic, técnico visitante, reía por no llorar, impotente al intentar contener la locomotora verde. ¡Qué espectáculo ofensivo! Pero es que encima se unió a la fiesta Suárez con puntos, rebotes y alguna asistencia como la que aprovechó Wacynski para entrar en el último cuarto con 89-55 después de haber anotado ¡¡¡41 puntos!!! en el tercero. 

 

En el Oldenburg sacaron bandera blanca, aunque no les sirvió de demasiado porque el Unicaja quería seguir haciendo sangre. Y la hizo. A 4’29”, con una canasta de Rubén Guerrero, ya había anotado más de 100 puntos (101-63). Al final, cerraron en 40 (108-68) la diferencia en el electrónico y llegarán al enfrentamiento ante el Barça subidísimos de moral mientras esperan este miércoles la derrota del Galatasaray para sellar matemáticamente la primera plaza del grupo.