@Danielnz97 || Dejaron de ganar los blanquiazules en casa y no pararon de sumar fuera. El 25 de noviembre se acentuó la crisis de resultados lejos de La Rosaleda tras caer ante el Extremadura, que recibía al equipo de Muñiz en descenso (en esa misma situación llegan este sábado -16:00 horas- a la Costa del Sol). Y esa fue la última derrota a domicilio. Tres meses después, el 8 de diciembre, el cuadro de Martiricos se llevó la victoria de su visita a Mallorca (1-2) y rompió una mala racha que rozó los 100 días sin ganar (Las Palmas, Deportivo, Elche, Osasuna, Sporting y el propio Extremadura).
En diciembre llegó el cambio más brusco. Si bien el conjunto de Muñiz logró poner fin a esa sequía de puntos a domicilio, también empezó a fallar en casa a partir del primer día del último mes del año con la visita del Granada (0-1). Fue la primera derrota como local -y el segundo gol en contra en su estadio- de la temporada. Ahí empezó todo, tanto para bien como para mal. Aunque después consiguió ganar al Cádiz y al Lugo, entre ambos llegó la debacle de Reyes frente al Reus (0-3). Y precisamente aquel encuentro ante los gallegos sigue siendo el mejor recuerdo en La Rosaleda para los aficionados blanquiazules. Porque la sucesión de empates (Almería, Las Palmas, Deportivo y Sporting) y, sobre todo, la derrota frente a Osasuna, no dejaron muy satisfecho al seguidor del Málaga.
Y mientras Martiricos ya no era sinónimo de puntos, los malacitanos empezaron a rascar bola a domicilio. Ganó en la isla y sacó un empate insulso en Oviedo para cerrar el 2018. La primera del nuevo año fue en Zaragoza (0-2), aunque con críticas. Sacó el partido adelante el Málaga, que empató dos semanas después en Tenerife (0-0) y volvió a vencer en su visita al Rayo Majadahonda (0-1). No fue una victoria convincente, pero supo, por la necesidad, a gloria. Menos se celebraron el 1-1 en Córdoba y en Soria; sí se festejó algo más el triunfo en Tarragona (0-1). Pese a que no todo fueron resultados positivos -o no se entendieron así por los aficionados-, el conjunto blanquiazul sumaba sin cesar. Hasta el sábado, cuando se puso fin a un recorrido de 132 días y casi cinco meses.
