@SuarezRMarca | Seis minutos llenos de verticalidad, de velocidad, de juego ofensivo. Sí, estoy hablando del Málaga. Eso es lo que duró la puesta en escena del nuevo equipo de Marcelo Romero. Tiempo en el que Chory Castro remató en dos ocasiones con cierto peligro a la portería de Rubén Blanco, y en el que Fornals, de mediapunta, Santos por la diestra y Sandro como referente, demostraron el teórico potencial arriba de los blanquiazules.
Pero lo importante en el fútbol es el gol. Y el Celta, en el único remate a portería en la primera parte, sumó un tanto que cambió el encuentro. Aspas aprovechó un balón al espacio de Jonny y el error en el despeje de Juankar para lanzarse como los demonios a por Kameni, al que regateó sin problemas para marcar a placer el primer tanto en su carrera al Málaga. Todo el buen trabajo de los pupilos del Gato se vino abajo, y más aún con el obligado cambio de Llorente por la lesión de Torres.
La alegría en el fútbol de los de Romero desapareció para dar paso a una monotonía en la que el Celta se encontraba más a gusto, sin correr riesgos, con muchas faltas y esperando a la contra. Ante ello, los andaluces dejaron el toque corto y comenzaron a rifar balones largos sin que Sandro pudiera imponer su calidad ante Cabral y Fontás.
Así llegó al descanso con muchos deberes que hacer para los visitantes. Y aunque pareció que había soluciones porque el primero que avisó fue Sandro, pronto se vio que en Balaídos el Gato iba a gastar una de sus siete vidas. Pero no es su culpa sino de sus jugadores. No hay forma de que tengan la tensión necesaria para jugar con el marcador en contra ni parece que sepan cuándo jugar en corto o cuándo despejar la pelota en largo. Y otra vez Llorente salió marcado con un error que costó el segundo tanto. Aspas vio sangre, mordió, se hizo con el balón, abrió para Bongonda y en el primer palo Wass se adelantó a Mikel para batir a Kameni.
Lejos de ir a por el partido, el Málaga siguió con el mismo ritmo cansino pero sin juego colectivo. Santos fue el que más incisivo estuvo en esos minutos, aunque el que volvió a marcar fue el Celta. Una falta lateral botada por Aspas, fallo en el remate de Wass y el rechace le llegó a Fontás, al que los rivales dejaron solo para que marcara a placer. Si le debían algún regalo de Reyes quedará entre ellos, pero para los aficionados fue un nuevo y garrafal error de una defensa que hace aguas se mire por donde se mire. Y Weligton ya no podrá ayudar ni aunque se recupere de su lesión.
Ni siquiera el tanto en propia meta de Wass, un gran remate de cabeza, a falta de cinco minutos para el final hizo creer al Málaga que era posible soñar con la remontada. Mucho trabajo por delante tiene Romero para que su equipo mejore, para inculcar sus ideas. Y más trabajo aún tiene Arnau porque el equipo necesita con urgencia, al menos, un central, si no incluso dos.
CELTA: Rubén Blanco; Hugo Mallo, Cabral, Fontás, Jonny; Radoja (Sergi Gómez, 85'), Marcelo Díaz; Aspas, Wass, Bongonda (Sisto, 69'); Guidetti (Pape Cheikh, 63').
MÁLAGA: Kameni; Rosales, Torres (Llorente, 11’), Mikel Villanueva, Juankar; Camacho, Recio; Santos, Fornals (Juanpi, 54'), Chory Castro (Jony, 79'); Sandro.
GOL:
-Min. 6: 1-0: Santos pierde la pelota ante Jonny y este habilita al espacio para Aspas sin que Juankar pueda impedirlo. El gallego se planta ante Kameni, le sienta y remata a placer.
-Min. 59: 2-0: Balón perdido por Llorente en la frontal, Aspas cede en banda a Bongonda y el centro del belga lo remata en el primer palo Wass adelantándose a Mikel.
-Min. 72: 3-0: Jugada ensayada de falta que saca Aspas, Wass no llega a rematar y el balón le llega a Fontás, solo en el punto de penalty, para marcar sin oposición.
-Min. 85: 3-1: Sandro saca una falta lateral y Wass, en su intento de rechazar el balón, la peina hacia atrás para sorprender a su propio portero.