EL PROBLEMA NO ERAN JUANDE NI BOYKO

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En Balaídos se ha demostrado que el problema del Málaga no era Juande Ramos, quien pese a sus decisiones dejó el equipo con 21 puntos y cómodamente situado en la clasificación, aunque equivocara los tiempos con la suplencia de Kameni. Este, en Vigo, tampoco ejerció de salvador de patrias y estuvo tan bien o tan mal como el resto del equipo. Tampoco era únicamente culpable Boyko, pues la media de goles encajada por el camerunés es casi idéntica a la del ucraniano estos últimos encuentros. Eso sí, no hay noticias de que el guardameta que trajo Juande Ramos le pusiera malas caras y tuviese malos modos con Marcelo Romero por retornarle a la suplencia. Había morbo sobre qué decidiría el técnico uruguayo al respecto, y como "buen amigo" de sus futbolistas casi no faltó ni uno solo de los profesionales disponibles en el once inicial. Lógicamente, Carlos Kameni tampoco.

 

Aclarado lo fundamental sobre el "morbo" del envite para los blanquiazules, nos centraremos en lo evidente. Los futbolistas aplaudieron a Romero cuando fue designado nuevo entrenador del primer equipo. Muchos lo interpretaron como una buena señal que se reflejaría en la intensidad, compromiso y mejor juego del equipo a partir de esta jornada. Entre esos algunos exclúyanme a mi. Lo vengo diciendo desde ese mismo instante. Los futbolistas no pueden ser amigos del míster pues de ese modo este pierde el principio de autoridad. La tensión, presión e intensidad le duró al Málaga CF seis minutos en la tierra de las meigas. A partir de ahí, ni Santos, fuera de su sitio, ni un Chory Castro desaparecido en combate, ni tampoco Sandro, anoche bastante gris, inquietaron lo más mínimo a Rubén.

 

Y no culpo al Gato, que en Balaídos perdió la primera de sus vidas, sino a un plantel que renegó en su núcleo duro del técnico que les hacía trabajar y que ayer no demostraron que sean lo suficientemente adultos para ir por libres. Luego, lo de siempre, o Arnau ficha con urgencia dos centrales y un centrocampista que le dé equilibrio al cuadro malaguista o la temporada se complicará más aún.

 

Primero, Juankar, que en un fallo garrafal regaló el primer gol a Aspas. Después, Llorente -por favor, devuélvanlo al Real Madrid ya- la volvió a liar y su habitual fallo de cada encuentro le costó el segundo tanto a los costasoleños. Luego, monólogo, sopor, alguna opción lejana, el tercer tanto celtiña e incluso uno en propia puerta de los gallegos para el 3-1 definitivo.

El Málaga CF del Gato Romero de momento no araña, lo grave es que ni siquiera rumió. Claro que la solución la deben de dar estos futbolistas que aplaudieron su llegada y provocaron la salida de un entrenador con galones. ¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.