Pues van pasando las jornadas, Víctor Sánchez del Amo ya cuenta desde hace dos jornadas con sus añorados en rueda de prensa Benkhemassa y Sadiku, pero el Málaga CF sigue sin ganar desde la primera fecha liguera. Y lo que es peor, sigue sin jugar ni proponer fútbol ofensivo alguno, más allá de algún arreón por una u otra banda del inconmensurable Cifu, otra vez defensa goleador, o Juankar, incombustible todo el partido. A ello animan en ocasiones Adrián o Keidi Bare ante la atenta mirada de 'guante de seda' Juanpi Añor, pero poco más.
“Coraje y corazón”, indiscutible por parte de los valientes guerreros blanquiazules, pero fútbol, lo que se dice fútbol, nada de nada, de nada. Precisamente, ahí es donde debería emerger la figura del técnico malaguista, pero como ya pasase en partidos claves de la pasada temporada o en el play off por el ascenso frente al Deportivo de La Coruña, cuando la grada se gira para mirar hacia el banquillo, no descubre soluciones del 'catedrático' en gestión deportiva y económica de la entidad costasoleña.
Porque si al final la solución del Málaga CF esta temporada va a ser jugar encerrado la mayor parte de los encuentros esperando el fallo del rival, Sánchez del Amo está renunciando a su libro de estilo. Manejar los envites con el balón, defender con el esférico y no detrás de él, así como buscar al rival con presión alta sobre la defensa adversaria, no defendiéndose todo el rato como gato panza arriba.
Los de la capital de la Costa del Sol demostraron una fe enorme en las instrucciones conservadoras de su entrenador pero con una inoperancia ofensiva digna de estudio. No hace muchas temporadas un entrenador malagueño hizo el milagro de ascender a Primera División al Xerez con menos plantilla que el cuadro blanquiazul actual y una ruina similar. Esteban Vigo protagonizó esa gesta y ha sido ofrecido a los dirigentes malaguistas en más de una ocasión. Cada jornada que dejen pasar Abdullah Bin Nasser Al Thani y sus actuales asesores, descabezado ya Joaquín Jofre de forma injusta e injustificable, sin buscar un entrenador denominado de los de clubes, más cerca estará de una ciclogénesis indescriptible.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.
