CONTRACRÓNICA: Este sentimiento no lo pueden matar ni los de dentro ni los de fuera

Dicen que en algún siglo anterior, generales de guerra repitieron que España era la nación más fuerte del mundo, puesto que siempre estaba intentando autodestruirse y no lo consiguió nunca. Pues bien, ese podría ser perfectamente un dicho que definiera de 10 al sentimiento malaguista. Este sábado, más de 5.000 personas acudieron a ver al Málaga a Los Cármenes. Un partido de Primera RFEF, contra un filial y en plena crisis de juego y resultados.

No lo hace como antaño. Este Málaga CF se generó en las catacumbas. Venía del barro y fue subiendo hasta el cielo. El de ahora viene recorriendo el camino a la inversa. Creo que ha quedado claro, el sentimiento malaguista no lo pueden matar ni los de dentro, ni los de fuera. No lo van a matar por más que en los últimos años haya habido jugadores que han pisado su escudo. Tampoco lo va a matar que tengamos unos malos gestores o que la justicia vaya a dos por hora en un caso que ya estaría resuelto en otra ciudad. No.

Pero tampoco lo van a matar los de fuera. Aquellos que bajo la promesa de hacer un proyecto grande, lo único que quieren es cambiar de collar al perro. No entienden que el malaguismo puede tener a sus ídolos vistiendo la camiseta del equipo o en sus despachos, pero que lo único inalterable en el tiempo es el amor a un escudo y unos colores. El blanco y el azul no se manchan. Lo de Granada es un aviso… La Rosaleda no paga a traidores. No sé si desde 1903 o since 1904. Pero es lo que hay. No quiero héroes de pacotilla, quiero currantes y gente que le duela el Málaga. 

Somos una de las aficiones más admiradas del país y también de las más pisoteadas. De las últimas tres generaciones, solo una ha visto un proyecto estable para el Málaga. Las otras o bien lo vieron desaparecer o bien lo han visto pasar de estar entre los cuatro mejores equipos de Europa a lo que tenemos hoy.

Sobre el partido, pues poco bueno que decir más allá del resultado. Un cero a dos tan insulso como válido. No me gusta como juega el equipo y me atrevería a decir que al entrenador tampoco. Estamos en una fase de encontrar el estilo que nos dé un paso más. Jodido, porque ya estamos en febrero. Tres puntos y recuperación del tercer puesto. De ahí no podemos bajar. Me repito, hay que prepararse para cuando llegue mayo, porque este Málaga tiene que subir sí o sí. Repito: el sentimiento malaguista no lo pueden matar ni los de dentro, ni los de fuera.