El Málaga y la semana de las dudas

La incertidumbre crece en Martiricos entre las lesiones y la cercanía del descenso

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El balón de la permanencia blanquiazul está en el aire | MCF

Caminar entre signos de interrogación lleva siendo la tónica de toda la temporada en Martiricos y el Málaga ya se enfrenta a la semana de las dudas. Incertidumbres a todos los niveles. Situación anímica de la plantilla, las bajas en la enfermería, la imagen que se dio el sábado contra el Oviedo y, cómo no, el ver cómo el Sanse se acerca cada vez más a robar la butaca de la permanencia, que no se puede garantizar en La Rosaleda con dos puntos de margen a falta de tres jornadas.

El primer contratiempo que hay que destacar es Jozabed. El centrocampista sevillano se tuvo que retirar del verde antes de lo previsto y las pruebas médicas lo confirman: lesión muscular en el aductor de su pierna izquierda pendiente de evolución. En el peor de los casos, el ’19’ podría perderse el final de curso en lo que sería un varapalo para Guede. Y el otro es la imagen ofensiva frente a los asturianos con la ‘Vadillo-Febasdependencia’ por ley, el milagro de Víctor Olmo y la sentencia del malaguismo a Sekou Gassama con una pitada que lo dijo todo.

El filial de Xabi Alonso viene como un tiro, la enfermería boquerona cuenta cinco nombres más en lista aparte de Jozabed -Javi Jiménez, Juande, Jairo, Hicham y Adrián López- y a lo que se aferra el espíritu costasoleño es a que los vascos fallen y al mensaje de realidad que dejó el argentino en sala de prensa. El Málaga se enfrenta a la semana de las dudas y todos los días previos al Tenerife podrían dejar pistas de cómo será la visita al Heliodoro Rodríguez López, territorio en el que no se descarta el regreso de Luis Muñoz.

2 COMENTARIOS

  1. Dudas lógicas, a tenor de lo visto. No hay fluidez. Ojalá el previsible agarrotamiento no conduzca al descenso. Este vestuario puede necesitar un psicólogo como apoyo al entrenador. Ahora, la mente es el 70% y si la mente no carbura, se corre sin sentido.
    Sea cierto o no, los jugadores deben aislarse de un entorno que debería espolear pero que atenaza.

  2. El efecto Guede se ha esfumado. Volvemos a los anteriores males del equipo: desidia, desilusión, desganas… Han sido tres entrenadores en la misma temporada. Este factor ha servido para desenmascarar a los jugadores. El mal del Málaga no está en el entrenador sino en los propios jugadores. La mitad, cómo mínimo, de los que saltan al césped cada partido no tienen calidad para jugar en segunda división. El equipo es un desastre, una calamidad. No tiene arreglo posible. Creo que nos iremos a tercera división. Que una ciudad como Málaga no tenga un equipo ni siquiera en segunda división no tiene perdón. Una pena.

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