Otro nefasto partido de la defensa

Los cambios obligados de Pepe Mel no surtieron efecto en una zaga blanda en el Ciutat

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La acción que le costó al Málaga la derrota / LaLiga

Pepe Mel se decantó por primera vez por la defensa de cinco, un esquema asociado a la etapa frustrada de Pablo Guede. Ante las lesiones en la zaga, más la entidad de un rival como el Levante, el madrileño dio algo más de protección a los blanquiazules con tres centrales y dos carrileros… que no surtió efecto. No es una cuestión numérica, este Málaga CF está lejos de ser un bloque fiable y compacto. Cierto que ha habido un crecimiento en las últimas semanas, pero se volvieron a cometer los mismos errores de casi siempre. Salvo Escassi, el resto de efectivos no dieron el nivel.

El paleño hizo un partido muy serio, correcto en los dueños con Bouldini, su pareja de baile; y providencial en algunas acciones que pudieron costar un disgusto en la portería de Yáñez, el mejor por parte visitante. A su lado, un Esteban Burgos que es de todos menos un líder, la antítesis de lo que se pretendía con su contratación. El argentino, renqueante físicamente, todo hay que decirlo, estuvo lento en los desplazamientos, desubicado para su categoría, y cometiendo unos errores de ejecución inexplicables; es un jugador que está lejísimos del nivel que ha demostrado en temporadas anteriores. Al igual que un Ramalho que cumplió algo más, pero sin brillantez.

Por los costados, Juanfran y Javi Jiménez volvieron a sufrir en demasía. Cantero, uno de los mejores en los granotas, fue una auténtica pesadilla para el madrileño; mientras que De Frutos puso en problemas al zurdo, de nuevo titular tras cumplir sanción ante la Ponfe. No se prodigaron tampoco en ataque.

Un error de nuevo grosero que le costó la derrota a los visitantes. Primero con una nula atención en el córner que precede al gol. El Levante tuvo todo el temple del mundo para sacar, poner el balón en el área, algo retratado Javi Jiménez por facilitar el centro de Montiel, rematado por Brugué al larguero. Pero apareció Iborra liberado para marcar el tanto definitivo. A partir de ahí, casi un querer y no poder, salvo la ocasión clarísima de Loren al filo del final. 15 remates concedidos, cuatro de ellos a portería. Demasiados para aspirar a llevarte premio de una plaza como el Ciutat. Nuevamente hay que lamentar otro partido de este Málaga CF endeble atrás, y nefasto por conceder tal gol.

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