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Ha sido, a nivel global, un año glorioso para el Málaga, quizás el más importante de su historia. Es verdad que manchado un poco por el cambio de proyecto y, en consecuencia, por la bajada de nivel. Pero parece que en las últimas semanas hay motivos para sonreir. Una vez solventado unos meses de octubre y noviembre más que malos, en los últimos tres partidos de Liga los de Schuster han enlazado un empate en El Madrigal ante el Villarreal, una victoria en casa frente al Getafe y, por fin, un triunfo como visitante nueve meses después, contra el Elche. Tres puntos que llegaron sin demasiada oposición, todo hay que decirlo. Un cabezazo de Camacho a los pocos minutos de comenzar el encuentro fue suficiente para llevarse la victoria. El Elche, dominador de la posesión de balón, no supo qué hacer con él. Es lo que pasa cuando falta calidad. Las intenciones son muy buenas pero los hechos dictan sentencia. Sólo fue 0-1 pero bien pudo haber acabado 0-4 si Weligton, Samu o Juanmi hubiesen aprovechado sus disparos solos ante el portero. Pero lo importante era sumar y acabar el año con 20 puntos en la zona media de la tabla. Ahora a descansar porque el mes de enero es de aúpa. El 4 espera el primer plato, el Atlético de Madrid.
Adiós a 2013 con victoria a domicilio