JUEGO DE TRONOS EN EL BANQUILLO DE HIERRO DEL MÁLAGA

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Los seguidores de `Juego de Tronos` conocen, sin duda alguna, la gran cantidad de aspirantes a sentarse en el trono de hierro y dominar así los siete reinos. Luchas sin cuartel, traiciones, alianzas inesperadas… todo vale con tal de convertirse en el REY, así, en mayúsculas.

Pues bien, extrapolado al mundo del fútbol, y salvando las lógicas diferencias, el trono de hierro del Málaga también tiene sus aspirantes, un número indeterminado pero seguro que numeroso. Desde antes de saberse oficialmente que el teutón Bernd Schuster no seguiría en el banquillo blanquiazul, la Mano del Rey, Mario Husillos, ya buscaba entrenador. Su lista no es demasiado grande, apenas menos de 20 nombres. Pero conforme pasan los días y la silla real continúa vacía, son más los candidatos que aparecen reclamando sus cualidades para ocuparla.

 

En esto también hay una especie de juego de tronos. Porque el Málaga ha contactado con, al menos, cinco entrenadores: Paco Jémez, Martino, Quique, Gracia y Camacho. Pero por cada técnico con el que se habla, aparecen el triple de agentes vendiendo las bondades de sus representados. Y luego de ofrecerlos, claro, hay que venderlos bien públicamente. Es ahí, en ocasiones, donde aparecemos los periodistas.

 

Ya contamos en su día el enfado de los dirigentes del Málaga por el supuesto interés por Pepe Mel cuando este se veía venir la rescisión de su contrato con el West Bromwich. Su agente se encargó de filtrar que los de Martiricos ya habían preguntado por él… algo que era y es falso. Quizás por eso ha perdido su oportunidad. En otro caso, el que parece enfadado es Roberto Carlos, el que fuera mejor lateral izquierdo del mundo pero cuya valía como entrenador aún está por verse. Su representante lo ha ofrecido a media España y luego lo proclamó a los cuatro vientos para todo aquel que quisiera oírle. Y el brasileño se hace el ofendido en twitter, supongo que para tranquilizar al club turco que ahora dirige. Imaginaos que nadie lo quiere en España y se tiene que quedar en Turquía con sus fanáticos aficionados sabiendo que les ha puesto los cuernos. Chungo, ¿verdad?

 

Con todo esto, es lógico que todos tengamos cierto hartazgo de nombres y más nombres. Y que incluso se nos acuse a los periodistas de jugar a la lotería. No es mi caso ni creo que sea el de otros compañeros. Sólo que hay saber diferenciar entre aquellos por los que de verdad ha preguntado y ha mostrado interés el Málaga, y aquellos que han llamado directamente a la puerta del club ofreciéndose. Escuchar es de bien nacidos y de educados. Otra cosa es que la cosa vaya a más.

 

Pero ya sabéis, esto es también un juego de perspicacia, de suspicacias, de saber esperar el momento adecuado para introducir tu espada por delante de otro pretendiente. Mientras tanto, la batalla por el trono de hierro malaguista continúa. Y ojito que los aspirantes están cada día más cerca de Desembarco del Rey.