CARNE DE SEGUNDA

0
41
Munir choca con Roberto mientras Miquel y Recio miran la jugada || laliga.es

@SuarezRMarca | El apocalipsis ha llegado al Málaga. Un equipo sin alma, sin físico, sin calidad, sin rumbo. Derrotado de antemano nuevamente ante un rival directo que salió a morder, que sabía lo que se jugaba y que puso en práctica las virtudes -que no son muchas- que tiene. Mientras tanto, aún seguían los de Míchel lamiéndose las heridas que le produjo el Betis, que ahora se ven multiplicadas por mil tras este nuevo tropiezo más que merecido. 

 

El guión era por todos conocido. El Alavés tenía la oportunidad de dormir fuera del descenso y por eso fueron más incisivos en los primeros minutos. Conocía Abelardo que la debilidad del Málaga venía por los flancos defensivos, con dos centrales reconvertidos en laterales. Empezó agobiando a Luis Hernández, sobrepasado por la presión de Pedraza, Munir y de todo el que pasara por allí. Pero la primera gran oportunidad llegaría por el centro, con una falta de coordinación entre Baysse y el debutante Miquel y que hizo que Munir se presentara solo ante Roberto. En esa ocasión, el portero ganó la partida. 

 

Esa acción despertó del letargo al Málaga, que empezó a tocar más y mejor, pero sin llegar a los dominios de Pachecho. El meta alavesista sólo tuvo que intervenir en una falta lanzada por Recio, bien colocada, pero flojita de potencia. A partir de ahí, la tensión hizo acto de presencia y lo que se veía en Mendizorroza era impropio de dos equipos de Primera. Hasta en un patio de colegio dan pases con más criterio. 

 

La segunda mitad comenzó con un Málaga más prometedor. Pero fue un espejismo de un par de jugadas. Enseguida los locales se hicieron con las riendas y volvieron a aproximarse con cierto peligro a los dominios de Roberto. Munir falló lo infallable y al instante volvió a perdonar lo imperdonable. A puerta vacía, en el área pequeña, el hispano marroquí la mandó al larguero. Parecía negado ante el gol… pero aún le aguardaba una quinta oportunidad, quizás la más complicada, y la enganchó. Volea con la derecha tras ganarle la espalda a Miquel y balón dentro con Roberto haciendo lo único que podía, la estatua. 

 

Por aquel entonces ya había entrado Ricca por la lesión de Diego González y poco después se marchó también dolorido Peñaranda para dar entrada a Borja Bastón. Aún andan buscando al delantero madrileño, porque por el césped no parece que apareciera. También lo intentó Míchel con la inclusión de Mula, pero con las ganas del canterano no es suficiente en Primera. 

 

Los últimos minutos fueron una agonía. Para el Alavés, que se echó descaradamente atrás para proteger su tesoro. Y para el Málaga, porque por muy encerrado que estuviera el rival, era incapaz de poner en jaque a Pachecho y a su defensa. 

 

Así se acaba el 2017, un año triste para el Málaga. Con la sensación de que el equipo ha retrocedido varios pasos sobre su buena marcha de noviembre y de que el futuro pinta negro. De momento, lo único que se atisba en el horizonte es la Segunda división, cada vez más realidad. Urgen cambios, urgen fichajes, urgen milagros. Si no…

 

 

ALAVÉS: Pacheco; Martín, Alexis, Maripán, Duarte; Tomás Pina, Manu García; Burgui (Bojan, 75'), Ibai Gómez, Pedraza (Wakaso, 87'); Munir (Santos, 82').

 

MÁLAGA: Roberto; Luis Hernández, Baysse, Ignasi Miquel, Diego González (Ricca, 55'); Ontiveros, Recio, Kuzmanovic (Mula, 75'), Chory Castro; Rolan, Peñaranda (Borja Bastón, 65')

 

GOL:

1-0, min. 60: Munir, que había fallado lo infallable en cuatro ocasiones anteriores, se coloca entre los centrales, no perdona y empalma una volea con la derecha que se cuela sin que Roberto pueda reaccionar.