EL MÁLAGA NO COMPARECE EN EL SÁNCHEZ PIZJUÁN (2-0)

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Deulofeu

@CesarRadioMARCA | El ejemplo de cómo no afrontar un partido de máxima rivalidad regional es el que dio el Málaga en el Sánchez Pizjuán, sin tensión defensiva y sin capacidad ofensiva. Un simple cambio de banda, el de poner a Deulofeu en la derecha, desactivó todo el engranaje defensivo de un Javi Gracia incapaz de contrarrestar la superioridad técnica y emocional del Sevilla.

 

No estaba cómodo el equipo de Emery durante el primer cuarto. Aunque no sufría atrás, perdía demasiados balones y eso impedía generar oportunidades. Decidió permutar entonces a Deulofeu y el joven extremo rompió una y mil veces a Antunes. Por aquel entonces, Angeleri ya había dado muestras de su inseguridad, y Duda de su inusitada torpeza con el balón en los pies.

 

A pesar de ese peligro por la banda derecha sevillista, el Málaga tendría alguna oportunidad, más por fallos del rival, como una cesión de Banega que dejó a Duda con todo a su favor, que por méritos propios. Un minuto después, en el 35, Castillejo fallaría otro disparo franco desde la frontal. Ahí se acabó el peligro del Málaga.

 

En la siguiente jugada, Deulofeu aprovechó los espacios con Antunes y Torres incapaces de frenarle. Angeleri pensó, iluso él, que sería capaz de pararle. Pero como cuando los niños buscan la pelota en el patio del colegio, el argentino se olvidó de Bacca. El colombiano recibió solito y batió sin oposición a Kameni.

 

Se esperaba que en la segunda parte el Málaga de los records apareciera. Pero el efecto fue el del cava, una vez descorchado perdió la fuerza. Una debilidad que no perdonaría un enchufadísimo Denis Suárez en el minuto 68. El centrocampista, que había entrado por el inoperante Banega, inició su carrera en el medio campo, casi no tuvo que regatear porque los malaguistas le seguían con la mirada, hizo la pared con Bacca, y ejecutó a Kameni para marcar un soberano golazo y sentenciar el partido.

 

 

Hubo tiempo aún para que Javi Guerra debutase con media hora por delante, para que Luis Alberto fuese silbado en su regreso al Pizjuán, para que la afición sevillista insultara a Málaga. Pero no era el día de nadie. Amrabat lo siguió intentando, Angeleri siguió fallando…  ni una jugada ofensiva se puede destacar. Perdonó el Sevilla el tercero y el Málaga que se va sin superar el récord, sin saber lo que es ganar en Liga en 2015, y con unas sensaciones muy negativas.