LA MALDITA PRIMERA RONDA DEL MÁLAGA EN COPA

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Torres se lamenta en el último partido de Copa

@Carloshernando_ | Hundidos en la clasificación con un pobre bagaje de ocho derrotas y un empate, el Málaga de Míchel comienza una nueva andadura en la Copa del Rey contra el Numancia, un rival que a priori debe superar por el simple hecho de ser un equipo de Segunda División y ser superiores a ellos tanto a nivel individual como club.

 

Sin embargo, esta primera ronda, o mejor dicho, los dieciseisavos de final de esta competición no siempre ha sido una tarea fácil para el equipo blanquiazul. De las últimas cinco ediciones, solo en dos se ha acabado accediendo a la siguiente ronda, cayendo a las primeras de cambio en tres de ellas contra rivales inferiores sin olvidar lo que se sufrió ante el Cacereño y el Eibar, en aquel entonces en la categoría de bronce y plata, respectivamente.

 

En la temporada 2013-2014, el Osasuna visitaba la Rosaleda y encendió las alarmas empatando un partido favorable por 3-0 para los malagueños, que vieron como los rojillos se fueron de vuelta a casa con un meritorio 3-3 con diez jugadores y eliminando al Málaga con un 1-1 en El Sadar.

 

Dos años más tarde, en la edición 15-16, el azar dictó que el Mirandés fuese el próximo rival en el torneo nacional. Nadie, absolutamente nadie, pensó por un momento que el milagro se materializase de la forma en que se hizo. El equipo castellano leonés venció tanto en la ida como en la vuelta, dejando en evidencia al entonces equipo de Javi Gracia, aunque posteriormente remontaría el vuelo a lo largo de la temporada. 

 

El año pasado llegó el Córdoba, con un nuevo entrenador en el banquillo ante un Juande muy discutido por el juego mostrado hasta aquel momento. Los vecinos andaluces triunfaron en casa, cerrando prácticamente la eliminatoria con un 2-0 y provocando que ondeasen los pañuelos en La Rosaleda con un sonrojante 3-4. El día de mañana debe ser el del cambio para el Málaga, no solo en esta primera ronda para los grandes equipos, sino en LaLiga con el objetivo de que la confianza obtenida con una victoria en Los Pajaritos se contagie hasta el domingo frente al Celta.