LOS INTANGIBLES DE ARNAU

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Francesc Arnau

@SuarezRMarca | La llegada de Francesc Arnau a la dirección deportiva del Málaga -oficialmente el 15 de diciembre- en noviembre de 2015 se hizo en un clima enrarecido por las circunstancias deportivas e institucionales del club blanquiazul. Por aquella época, hace apenas cuatro meses, el equipo iba colista, había futbolistas que demostraban no estar implicados en el vestuario y la resultante era que el equipo era el colista de Primera. No hace falta recordar lo que sucedió en la directiva con las salidas de los principales ejecutivos. 

 

La función, por aquel entonces de Arnau, era, por un lado, la de buscar jugadores con los que reforzar a corto plazo la plantilla en enero; por otro, la de dotar de estabilidad a un grupo donde el entrenador estaba cuestionado y donde algunos futbolistas se encontraban muy por debajo de su nivel. 

 

Esta última tarea, intangible para el exterior, pero muy válida y clave dentro del club, ha sido vital para lograr la permanencia y que el Málaga prolongue su estancia en Primera división. El apoyo sin fisuras a Gracia fue un golpe de aire fresco para un técnico que estaba con los dos pies en la calle si no hubiera llegado Arnau. No sólo se le dio respaldo absoluto para hacer cuantos cambios quisiera, sino que también se le dio voz para los fichajes. Fue como una cadena de acontecimientos, pues ese revestimiento de poder al entrenador hizo que algunos jugadores reaccionaran y elevaran su nivel de juego. Valores que han sido muy apreciados por todos en el club pero que en pocas ocasiones salen a la luz. 

 

Luego, y mientras el equipo iba creciendo en juego y en resultados, la necesidad de conseguir frutos inmediatos en el mercado de enero cambió para poder planificar más a medio y largo plazo. Chory sí llegó como refuerzo de urgencia para paliar el déficit de velocidad que había dejado la lesión de Juankar; y Atsu, que no ha jugado más por su rotura de fibras, por la inesperada salida de Amrabat. Pero otros fichajes como Cifu, Ricca y Michael Santos -cedido al River Plate- se realizaron mucho más pensando en la próxima temporada que en esta, donde sus posiciones estaban perfectamente cubiertas. Gracia, que luego renovó tres años más, estaba al tanto de todos los movimientos que, de no hacerse en enero, se hubieran complicado en verano con más equipos pendientes de ellos. 

 

Incluso los propios futbolistas son conscientes de que aunque pertenezcan al Málaga desde enero, su rol protagonista no empezará hasta la campaña siguiente. De ahí que haya que entender las últimas incorporaciones dentro del contexto de un equipo que ya no necesitaba futbolistas que elevaran inmediatamente el nivel, que no requería del "pan para hoy y hambre para mañana", sino que se podía pensar más en el futuro Málaga, el que vendrá en la 17/18.