DEMASIADAS CARENCIAS PARA LA LIGA DE LAS ESTRELLAS

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No me andaré con tapujos. Soy el primero que piensa que la Liga de este Málaga CF es la de aquellos que luchan por la permanencia. Sigo pensando también que, cuando se juega frente a clubes con los presupuestos del Valencia CF o similares, el club blanquiazul no está obligado a puntuar.

 

Sin embargo, una cosa es no puntuar y otra bien distinta no competir. Poco antes de iniciar su encuentro el cuadro de Javi Gracia, tuve la oportunidad de ver el FC Barcelona-Rayo Vallecano. Pese a irse al descanso perdiendo 2-1, y acabar goleado 5-2, los de Paco Jémez realizaron un segundo tiempo extraordinario dominando de cabo a rabo al cuadro catalán pero sin suerte de cara al gol.

 

El Málaga CF fue un equipo que mostró demasiadas carencias como para deambular por la Liga de las Estrellas. Ante el peor Valencia CF de la etapa de Nuno, los costasoleños fueron un equipo sin orden en el centro del campo y nula capacidad ofensiva. Se puede y se debe admirar a futbolistas como Pirlo, pero es un error pensar siquiera que Duda puede llevar la manija de este equipo a sus años y como referencia para esta temporada.

 

Lo de Ricardo Horta empieza a ser de juzgado de guardia. Ni corre ni lucha ni desborda ni nada de nada. Lo mejor de la noche fue Camacho, quien pese a su larga ausencia por lesión se dejó el alma en el partido. Al margen del penalty fallado, a balón parado el Málaga CF dio la sensación de estar poco trabajado en este arte del fútbol tan bien practicado por muchos equipos.

 

En defensa fueron unas hermanas clarisas y en el balance defensivo, un desastre. Un conjunto che, nulo en criterio futbolístico y sin apenas calidad en su fútbol, y aún menos orden en su juego, fue capaz de golear a los blanquiazules con la ley del mínimo esfuerzo.

 

Es más, los rivales empiezan a cederle el balón a los malaguistas, sabedores de que son más inofensivos con el balón en los pies y dominando el encuentro que cuando juegan a la contra. Así que mi preocupación va en aumento, no tanto por la derrota sino por la imagen dada en una noche propicia para incendiar Mestalla.