DOS PARTIDOS, DOS TRIUNFOS, SEIS PUNTOS, PRIMERA MÁS CERCA

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Esto no ha hecho sino comenzar y nadie debe de lanzar las campanas al vuelo, pero este Málaga CF se parece bastante al último que logró ascender con Juan Ramón López Muñiz. Un conjunto que juega de forma solidaria y donde nadie se siente más protagonista que su compañero de al lado. Donde todos se alegran del éxito del futbolista que le acompaña en el vestuario, esté o no sobre el rectángulo de juego.

 

Un equipo donde el gol de Gustavo Blanco, a pase de ese genio indomable que es Ontiveros, alegra por partida doble a todo el colectivo. Y ello contagia a la grada de La Rosaleda, donde debe de haber más seguidores si algún día queremos ser un club a la altura de los grandes del fútbol patrio. Un afición que supo esperar, como el equipo, para celebrar el gol que otorgaba tres nuevos puntos al conjunto malaguista. Sabedores de lo que significa jugar en la Liga 123 y lo que va a costar regresar a la Liga de las Estrellas. Una grada que ha encontrado un nuevo ídolo en Hicham mientras admira el esfuerzo titánico de N'Diaye o las carreras de Renato o Harper. Una parroquia blanquiazul que ya ha perdonado las tropelías de la pasada temporada y que se vuelca con el sueño de regresar a la máxima categoría del fútbol español.

 

Qué pena que Abdullah Bin Nasser Al Thani aún no haya comprendido los códigos del fútbol y la idiosincrasia de los malagueños. Y lo mejor está por venir cuando los no inscritos puedan incorporarse a la plantilla. Muñiz, como hace ya casi diez temporadas, quiere repetir el milagro de entonces. Caminero y Jofre le acompañan en la Santa Procesión de la Redención malaguista. La estación de penitencia blanquiazul va quemando etapas hasta que pueda llegar a su Casa Hermandad. Dos partidos, dos triunfos y seis puntos, la Primera más cerca.

 

¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.