EL MALAGUISMO NO TOMÓ LA CALLE Y LA MÁLAGA INDOLENTE TAMPOCO

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Una pequeña parte del malaguismo, pese a ser convocada la afición y los malagueños, les guste o no el fútbol, se manifestó el sábado una hora y media antes del partido para pedir al presidente malaguista su dimisión por dignidad. La plataforma, la grada de animación y la Federación de Peñas, esta última arrastrada por la presión de las redes sociales y el ridículo espantoso de no pronunciarse nunca, habían convocado esta justa marcha. Criticar en la calle la pésima gestión de las últimas tres temporadas de Abdullah Bin Nasser Al Thani como dirigente del club, no sólo es necesario sino de justicia.

 

Sin embargo, una vez más, y ya van muchas, el malaguismo prefiere manifestarse desde el sillón ball o en las redes sociales antes que hacerlo en la calle. Si nefasta fue la respuesta de la afición, casi 25.000 abonados y no llegaron a manifestarse 500, peor aún la ciudad y las instituciones. Ningún cargo público o institucional quiso colocarse al frente de la pancarta, pese a que muchos critican al presidente y con razón. Todos los que han asegurado que “Málaga tiene que tener un club en la Primera División” hicieron mutis por el foro. El fútbol base y la Federación Malagueña de Fútbol no se pronunció para apoyar al Málaga CF. Y los malagueños de a pie, como en tantas otras cosas que no sean la Feria, la Semana Santa o la playa, pasaron olímpicamente del tema. Así pues, habrá que confiar en la justicia y en el juicio que queda pendiente para restablecer el orden y la sensatez en la entidad malaguista.

 

Mientras tanto, Al Thani y sus hijos pueden estar tranquilos en relación a la llamada presión social. El malaguismo no tomó la calle y la Málaga indolente tampoco. En Sevilla, Valencia o Bilbao habría sido imposible. Sus aficiones ya habrían estallado contra sus dirigentes con toda la ciudad detrás. Málaga, la eterna ciudad acogedora de lo ajeno, al tiempo que terrible madrastra con lo propio.

 

¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.