A poco más de veinticuatro horas del encuentro frente al Elche, en el que el Málaga CF tiene opciones de superar, a falta de tres jornadas, la mejor primera vuelta en puntos de su historia, es necesario reflexionar. Por desgracia, y por culpa de la nefasta gestión de la corte de corifeos que rodeó a Al Thani. e indudablemente por la suya propia, el club blanquiazul tiene que realizar esfuerzos económicos de muy diversa índole.
Digamos que estamos en el camino rojiblanco madrileño pero sin las ayudas públicas desde las instituciones -la Hacienda del Estado junto a la autonómica madrileña-, de los árbitros la temporada pasada aunque con matices, de la propia LFP y RFEF -encantadas de que pueda haber un tercero en discordia-, etcétera. El equipo que preside Enrique Cerezo compra lo que le permite el mercado y luego vende caro para pagar a erario público y sus aún elevadas deudas.
El Málaga CF ha aplazado su deuda anual está temporada para pagar todo el próximo ejercicio económico. Es decir, tiene que vender o recaudar antes de comprar. La salida de Roque Santa Cruz, extraordinario jugador y mejor persona, es un hándicap importante en lo deportivo y en lo humano para el vestuario y, por ende, para la grada.
Sin embargo, el ahorro de un año y media de ficha del paraguayo, más el millón y medio de euros que se le adeuda y que asumirá el Cruz Azul, hacen ver una realidad diferente al club. Si además se vende al Memo Ochoa por 3`5 millones de euros el negocio es importante y definitivo para comprar a Amrabat y a un central.
Es la historia reciente, salvando las distancias, de muchos clubes de la LFP, como el Sevilla o el At. de Madrid, y desgraciadamente hasta que limpiemos la deuda, la de nuestro gran Málaga CF. Pero estamos en el camino de resolverlo si no nos volvemos locos. ¡Memoria, compromiso y fe!, sobre todo esto último.
