LOS NUEVOS TIENEN QUE ATACAR Y ESTÁN OBLIGADOS A DEFENDER

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En un partido más parecido a la película "Loca Academia de Policía" que a un encuentro de fútbol, el Málaga arrancó un mísero empate en Riazor. Pese a las sensaciones, que son buenas, el equipo ha obtenido los mismos puntos que en las primeras jornadas de la primera vuelta.

 

En el desesperante inicio del campeonato, los de Javi Gracia empataron frente al Sevilla, Eibar y Real Madrid; perdieron ante al Getafe, Barcelona y Valencia; y ganaron contra el Deportivo y la Real Sociedad. Total, nueve penosos puntos. En la segunda vuelta han empatado frente al Real Madrid, Real Sociedad y Deportivo; perdido contra el Sevilla, Barcelona y Valencia; y ganado al Getafe y Eibar. Total, otros penosos nueve puntos.

 

Esto quiere decir que los malaguistas deben volver a aquel fútbol con líneas de seguridad que les hizo sumar cuatro victorias consecutivas y salir del pozo. En otras palabras, que si el viernes no se gana al Sporting de Gijón, la ansiedad puede empezar a hacer mella.

 

Respeto al envite en La Coruña, los desajustes defensivos en los tres goles encajados son inadmisibles en un conjunto de la Liga de las Estrellas. A los nuevos, como Atsu, hay que recordarles que hay que bajar a defender a tu par y no dejarle una autopista como en el primer gol coruñés. A Weligton y Miguel Torres, que han de entenderse mejor y no perder la vertical en favor del delantero en el segundo tanto. Y al míster, últimamente perdido en los cambios, que nos explique si en el contrato de Ricardo Horta hay algo redactado que obligue a que tenga que jugar por bemoles. De lo contrario no se entiende que entre antes que otros al terreno de juego. Y tras la exhibición de Ricca en Anoeta no se comprende que no cuente con el uruguayo.

En fin, la estrategia, trabajo de Gracia, funcionó a las mil maravillas y le dio un puntito milagroso a los malaguistas. Pero hay que mejorar y hacerlo ya.