En época de crisis se debe ser lo más claro posible y realizar las inversiones no únicamente pensando, que también, en la rentabilidad de las mismas sino en aquellas sensibilidades que se puedan herir. Invertir en la Premier League para conseguir notoriedad en un mercado tan importante para Andalucía como el británico es una buena idea. Hacerlo en un club tan venido a menos como el histórico Aston Villa quizás ya no lo sea tanto.
Priorizar la marca turística que nos representa por encima de la Liga de las Estrellas y de los clubes que nos representan en ella, competición tan seguida o más que la Premier League, y con una gran repercusión precisamente en el mercado del Reino Unido, parece un error.
La Liga Española se sigue en las Islas Británicas mucho más que al Aston Villa y, desde luego, para Turismo Andaluz hubiese sido de mayor repercusión patrocinar cualquier programa de retransmisiones de encuentros importantes en un canal televisivo que hacerlo en el club de los villanos. En nuestra competición hay cinco clubes andaluces en la máxima categoría, uno de ellos seguirá paseándose por Europa esta temporada; hace dos, incluso el Málaga jugó la Champions League y el apoyo económico de la entonces Consejería de Turismo y Deportes fue exiguo o inexistente.
La repercusión del Málaga en la máxima competición continental y la del Sevilla en la Europa League, de la que es campeón, ha sido mucho mayor en audiencias y economía que la del club `villano`. La Consejería de Turismo que preside Rafael Rodríguez no muestra ninguna sensibilidad con los clubes andaluces ni con nuestra Liga, por lo tanto castiga al fútbol andaluz.
Es una decisión sin precedentes y con la excusa de la crisis. Por eso mismo es más grave e incomprensible. Y aún es más que los clubes andaluces de Primera y Segunda División no se rebelen contra tan desproporcionada e injusta decisión del consejero.
