UN MÁLAGA CF QUE DEFENDIÓ SU VENTAJA COMO «GATO« PANZA ARRIBA GANA CON JUSTICIA A LA UD LAS PALMAS

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El fútbol fue justo en La Rosaleda con el Málaga CF, con una afición entregada pese a la hora del partido en día lectivo -vaya tela con Tebas-, pero sobre todo con Marcelo Gato Romero. Pese a las dudas iniciales, su inexperiencia en un banquillo de La Liga y algunas decisiones erráticas en los cambios desde su incorporación como primer técnico, ya era de justicia que su valiente apuesta por un fútbol más vertical y ofensivo que el de Juande Ramos le premiase con un triunfo.

 

El cuadro blanquiazul, a pesar de la presión sobre la salida de balón de la UD Las Palmas, tardó casi doce minutos en disparar a la portería contraria. Lo hizo Chory Castro, sin apenas crear dificultades a Javi Varas. Los de Quique Setién aún tardaron más. En concreto, merced a una falta con un lanzamiento de Lemos que, tal y como colocó la barrera Kameni y la suya propia bajo palos, ya se veía venir que sería gol incluso antes del golpeo del jugador insular. Un cúmulo de protestas, malos modos con el colegiado murciano Sánchez Martínez y alguna que otra falta sacó tras el gol canario a los blanquiazules del envite.

 

Menos mal que ocho minutos después un centro chut envenenado de Fornals provocó que el esférico hiciese una parábola imposible para el confiado portero canario y colocó el empate en el simultáneo. La nutrida afición malaguista, que en los prolegómenos del encuentro mostró su enfado monumental y justo contra el estamento arbitral mediante cartulinas negras aireadas al viento, celebró el gol con el lógico éxtasis de quien se libera de un angustia infinita por los malos resultados de su equipo.

 

Sin embargo, el 2-1 logrado por un muy sacrificado Charles en el 35' del primer periodo provocó que más de un bocadillo guardado para el descanso terminase en el suelo. Jugadón de Keko por la derecha, que se va de la marca del defensor, mitad gracias a su velocidad mitad por el pase extraordinario con el exterior de su bota de Roberto Rosales, para culminar la jugada con un pase perfecto a Charles que envió el esférico a bocajarro al fondo de las mallas. Y de ahí al descanso poco fútbol y mucha intensidad por parte de ambos equipos.

 

En la continuación Boateng pudo marcar hasta en tres ocasiones pero la más clara fue en un remate al poste que no fue gol por los pelos. De ese minuto 50' a la ocasión de oro de Pablo Fornals para convertirse en bigoleador de la noche solo pasaron tres minutos. En el banquillo el Gato Romero demostró que sigue en forma. Hacía tiempo que no veía a un entrenador tirarse tanto de la camisa y dar brincos y saltos a la vez. No podía creerse lo que acababa de fallar su futbolista solo y delante de Varas para batirle. Poco después sería Demichelis quien de cabeza en un remate extraordinario estuvo cerca de cerrar el partido, pero el puñetero balón no quiso entrar. Y aquí abro un paréntesis en mi crónica.

 

(Por razones extradeportivas que no reiteraré ahora yo no quería al argentino de regreso al club blanquiazul. Sin embargo al César lo que es del César. Martín Demichelis se está vaciando en cada partido. Se está dejando el alma al más puro estilo de Camacho, que cada semana lo borda con su entrega, y sin ninguna duda esta redimiéndose de su salida en falso de Martiricos. Como siempre digo cuando se es malaguista como yo lo soy, lo único importante es que el Málaga CF gane sus encuentros y cumpla sus objetivos. Las opiniones siempre puntuales y nunca definitivas salvo casos excepcionales no deben nunca evitar que el periodista sea honesto. Y con la honestidad necesaria debo decir que Demichelis, de seguir por este camino, merece todos mis respetos como profesional y como futuro malaguista con todo el derecho del mundo para quedarse a vivir en la Ciudad del Paraíso,  que diría Vicente Aleixandre).

 

Volviendo al encuentro, la expulsión de José Rodríguez por una excesiva segunda amarilla mostrada por el mal colegiado Sánchez Martínez, complicó las cosas al cuadro de Gato Romero. Entonces Camacho, Demichelis y un buen Kameni evitaron el empate de la Unión Deportiva Las Palmas, un conjunto el de Quique Setién al que le faltó sangre e intensidad para empatar pese a la superioridad numérica que tuvo casi veinte minutos sobre el terreno de juego.

 

Al fin, defendiéndose como gato panza arriba, el Málaga CF sumó tres puntos de oro y su entrenador cosechó su primer triunfo como técnico del cuadro costasoleño. Se lo merecía Marcelo, que había logrado unir al grupo, apoyándolo en todo momento, y que ha hecho de este equipo un cuadro más ofensivo, que se repliega bien y presiona mucho en la zona de creación del adversario e incluso en la salida del esférico del rival. En lo personal, es un buen amigo mío, me alegro mucho. En lo profesional, me parece una gran noticia de cara a la permanencia en Primera.

¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo ésto último.