Tras la derrota frente el Huesca, el Málaga necesitaba un partido de certezas, todo lo que no fue el partido contra el Cádiz. El equipo de Pellicer firmó un partido de suspenso ante un conjunto gaditano que tampoco necesitó mucho para ganar. Una primera parte desastrosa y una segunda sin capacidad para golpear terminaron significando la derrota. Jugadores fuera de posición, parches por las lesiones y un estado anímico que empieza a titubear en Martiricos.
La primera parte, a la basura. Con la principal novedad de Adrián Niño en banda, el equipo tuvo un arranque fugaz. A los siete minutos ya se había fallado una ocasión manifiesta de gol y a partir de ahí, el equipo desapareció. La presión en 4-4-2 del Cádiz que colocó a Suso y García Pascual sobre centrales desbarató el plan inicial del Málaga. La primera línea de salida no era capaz de encontrar a Juanpe como timón y aquí nació el problema. El gol visitante nace así. Suso presiona a Montero, que trata de pasar a Darko, que estaba de espaldas. Ortuño interpreta bien la jugada, recupera y deja a Pascual en un 1vs1 contra Einar, que recula hasta dejar al delantero en una posición de disparo. Tras el mal despeje de Alfonso Herrero, Ortuño llega sin marca a remachar. Hasta tres jugadores deciden mal en una jugada de exigencia.
A pesar de esto, Pellicer tuvo la oportunidad de cambiar el partido dando un giro de guion con la lesión de Niño. Aun así, el técnico de Nules decidió dar entrada a Lobete y seguir con un plan que estaba saliendo horrible. La primera parte del Cádiz consistió en sacar a relucir todos los defectos del Málaga. El Málaga tuvo un 56% de posesión, eso sí, estéril. Abusó del balón largo ante la presión del Cádiz, intentado 36 pases de larga distancia. Además, el equipo gaditano reculaba ante la ausencia de tiro exterior del equipo malagueño (un tiro desde fuera del área en la primera parte). En resumen, una primera parte a la basura por una planificación sin plan B.
Una segunda parte sin colmillo. Con la entrada de Dotor y Dani Sánchez al descanso el equipo mejoró. Seis cambios acumula ya Sergio Pellicer al descanso en apenas seis jornadas. Esto indica que algo no está saliendo como debería con los planes iniciales. En el segundo tiempo, el equipo se asentó en campo rival. Un paso atrás del Cádiz y juntar a los peloteros funcionó. El conjunto blanquiazul amasó un 65% de posesión en la segunda parte. Además, solo tuvo que hacer 11 pases largos, aunque abusó del centro (2/19). El Cádiz se sintió cómodo en este contexto y en los segundos 45 minutos firmó 26 recuperaciones y 29 despejes.
Por sacar algo positivo, Dani Lorenzo y Larrubia fueron, junto a Dotor, los culpables del buen rendimiento en la segunda parte. El marbellí llevó el equipo de un lado a otro para que los extremos y laterales pudieran generar las situaciones de ventajas. El ’10’ por su parte, a través de la calidad individual, colocaba a sus compañeros para que buscaran portería. En el otro extremo, jugadores como Jauregi (dos ocasiones claras falladas), Chupete o Montero, salen bastante señalados de este mal partido.
Ante la falta de certezas el equipo encara una recta de partidos muy complicada. Burgos, Racing, Deportivo de la Coruña y Leganés serán la próxima piedra de toque de Pellicer. El Málaga deberá demostrar que, como llevan anunciando todo el verano, se quiere dar un paso adelante.
Se nos parte la boca con que la segunda parte es en lo que nos tenemos que fijar, pues bueno entonces habrá que poner a los de la segunda parte desde inicio no?