CONTRACRÓNICA: Si no te gusta el fútbol, ve a La Rosaleda

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Foto: Javier Díaz

A menudo habrá escuchado usted aquello de que el fútbol «son once corriendo detrás de una pelotita” cuando alguien ha querido tirar por tierra este deporte. Es difícil entender este veneno si uno no lo lleva dentro. Por eso, aprovecho esta contracrónica para decirle al que no le gusta el fútbol que vaya un día a La Rosaleda a ver un partido. Es probable que en lo deportivo, no vea gran cosa, por desgracia, pero a nivel emocional puede salir más satisfecho que en un culebrón turco de estos que están de moda. El Málaga – Algeciras tuvo absolutamente de todo en lo que ha sido el partido del año, 2023 entero, para mí.

Es imposible empezar este relato sin ensalzar la figura de Sergio Pellicer. Lección de vida la del técnico de Nules para su equipo y todos los aficionados. En un momento de dolor, tuvo que elegir entre dos familias, la de sangre y la malaguista, y no dudó ni un segundo. Esta victoria tiene que ir únicamente dedicada al entrenador, que además no tuvo un partido nada fácil. Pellicer tuvo que jugar al ajedrez, el Tetris y un cubo de Rubik a la vez para no caer en la alineación indebida. 

La culpa es de las lesiones y de dos veteranos que ayer patinaron. No es normal y hay que hacer algo. Este Málaga con una media de 7-8 lesionados por partido no va a poder ascender. Hay que poner remedio, algunas lesiones pueden ser mala suerte, otras son fruto de algo más que se nos escapa a nosotros los mortales, pero que no debe ser así con los profesionales. Luego está lo del descanso. Batalla campal con patadas voladoras, puñetazos, escupitajos y de todo, hasta algún seguridad del estadio malaguista yéndose herido. Genaro, según el acta, hizo la del street fighter e Iznata le apoyó por el camino. Todo hay que decirlo, en defensa de Murillo al que querían zurrar. Mal ejemplo para los niños y poca cabeza en la situación en la que está el Málaga.

Lo remató Dioni, que le dijo a Pellicer que se había resbalado, pero la repetición de la jugada no engaña a nadie. Falta absurda y que merece un tirón de orejas por parte de todos. En ese momento, la victoria peligró por culpa de un error tan infantil como innecesario. Me cabrea que podamos tirar el trabajo de una semana en 10 segundos.

Por lo demás, ser del Málaga es sufrir. El equipo mereció irse con tres o cuatro goles de ventaja al descanso en la que fue la mejor primera parte de la temporada. Fútbol bonito, con muchos jugadores llegando al área y con el equipo boquerón dominando totalmente todos los aspectos del juego. De dulce, vaya. Hay que seguir elogiando al entrenador, cuyo estilo a veces no gustará, pero cuyos 35 puntos en 17 jornadas es una media que daría el liderato en el 75% de los casos. Muchas emociones fue lo que dejó este Málaga – Algeciras que me hace decir aquello de que si no te gusta el fútbol, te pases un fin de semana por La Rosaleda. La película cambiará seguro.

De momento no somos líderes. Habrá que seguir remando mucho en el 2024 que se viene. Feliz Navidad, feliz Año Nuevo y feliz malaguismo a todos, a la vuelta de vacaciones, seguiremos aquí.

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