EL CORAZÓN TIENE RAZONES QUE LA RAZÓN NO ENTIENDE

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Miles de malagueñas y malagueños han vuelto a demostrar que ni los políticos de turno ni los capillitas al uso, que tratan de cambiar nuestra Semana Santa con costumbres y prohibiciones inusuales en nuestra bendita tierra, van a impedir que vivan nuestra Semana Grande como lo que es: una auténtica catequesis en las calles.

 

Hay otros miles de seguidores blanquiazules que se dejan la voz, al igual que el quejío de una saeta, el rezo a una advocación mariana o el esfuerzo de los hombres de trono portando a un Cristo. Estos malaguistas vuelven a soñar con ver a su Málaga otra vez por Europa, a pesar de es cuestión harto improbable que el presidente, Al Thani, vuelva a invertir en el club. Tratan, además, de obviar las numerosas causas judiciales que debe abordar el máximo accionista de la entidad costasoleña.

 

Como siempre digo, el "corazón tiene razones que la razón no entiende". Ese corazón blanquiazul que debe empujar a los futbolistas hacia el objetivo europeo debe agradecer también el esfuerzo de Javi Gracia por aislar a la plantilla del enorme desasosiego institucional del club.

 

Esta afición, que pasa por ser una de las más maltratadas por los horarios televisivos, los comités de competición y el dueño del club, sigue siendo una de las mejores de España. Y ese sueño malaguista vuelve a ser posible en una temporada muy complicada por demasiados factores externos e internos en contra. Cuando todo acabe hay que ponerse de pie y elogiar a jugadores y técnico, así como a los que han planificado la temporada inicialmente y rediseñado después la misma.

Pero ahora toca seguir emocionándonos y vibrando con los goles malaguistas tal y como lo hacemos la mayoría de los cofrades malagueños de bien con un pulso a tiempo, entre la Madre y el Hijo en un encuentro por las calles de Málaga; con una medida de trono o una estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral malagueña. Esto es Málaga, ciudad soñada.