RAFAEL DE LOMA, EL OTRO PERIODISMO

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Rafael de Loma falleció ayer a los 74 años de edad

Durante los años de mi adolescencia y posterior juventud, como rebelde familiar declarado, siempre tuve la inquietud de leer todo aquello que tenía esencia o sabor a lo contrario al poder establecido. 

 

En los últimos tiempos de la dictadura y los albores de la democracia tras los duros años de la transición, Málaga y la provincia contaron con periodistas y apuestas editoriales distintas a ese poder. Algunas de estas apuestas, las menos, han sobrevivido y aguantado el tipo gracias a los años de gobierno socialista en Andalucía, aunque en el camino se han dejado el traje de la credibilidad hecho jirones. 

 

El Sol de España, de Málaga en 1976, era uno de estos medios de comunicación. Y lo dirigió de forma extraordinaria Rafael de Loma (q.e.p.d.) hasta 1982. Mi tío Baltasar Ramos, que siempre se ha declarado comunista, afirmaba en aquellos años que este periódico era el único que se podía leer si querías saber qué ocurría realmente en la ciudad porque Loma no permitía injerencias del poder de ningún tipo. 

 

Años después, ya desaparecido El Sol de España, Rafael dirigió otra aventura empresarial periodística. Unos empresarios madrileños de mucho postín, luego fiaron un fiasco, contaron con él para la puesta en marcha de El Sol del Mediterráneo, pero el aire fresco que imprimió a Málaga este periódico se diluyó como un azucarillo en un café en cuestión de meses. Poco después surgió La Tribuna de Marbella y este periodista de Ceuta, valiente y con arrojo, trató de darle un sitio entre los diarios locales que iban apareciendo en la Costa del Sol, mas fue imposible. 

 

Rafael fue mi director en mis primeros escarceos como plumilla y columnista en El Sol del Mediterráneo y en la Tribuna de Marbella. Su comportamiento hacia mi persona, y como es mi costumbre en algún otro charco me metí, fue siempre exquisito y muy profesional. Nuestro último contacto serio y profesional tuvo lugar con motivo de las últimas elecciones municipales en Benalmádena. Rafael de Loma fue el jefe de prensa de la campaña del ex concejal Manolo Crespo, y aunque estuvo muy bien diseñada y planificada, en las urnas  no hubo suerte. 

 

En sus últimos años sus opiniones han podido leerse en su columna de La Opinión de Málaga, donde su hijo José María, que sigue los pasos de su padre, es redactor jefe, con la misma libertad de siempre aunque en una línea progresista muy apegada al poder andaluz establecido, muy lejos de sus enseñanzas del pasado pero en línea a su ideario político y profesional. 

 

Se nos ha ido, huelga decirlo, uno de los grandes del periodismo malagueño que marcó una impronta y señaló un camino, una senda de independencia y objetividad para los futuros periodistas de esta ciudad. En apenas dos semanas nos han dejado el maestro Paco Fadón y la alternativa al periodismo más tradicional y apegado al poder: Rafael de Loma. Conviene recordarlo para no perder la perspectiva de lo que hacemos cada día y del esfuerzo de muchos compañeros que han facilitado el trabajo a los que veníamos detrás. 

 

Descanse en paz, Rafael, y que tu hijo José María pueda seguir la estela de su excepcional padre.